Secunda

El sujeto

Las vacaciones de verano habían llegado hace un par de semanas y Hana se preparaba para ingresar a Secunda. Era su rutina de todos los días después de despertar muy temprano, hacer la limpieza y cuidar el invernadero de sus padres. Mientras Yusei, su hermano, tenia la tarea más pesada de la casa. Cocinar era lo único que los humanos hasta la fecha no habían podido reemplazar a la perfección por un robot o máquina. Por lo que todas las demás labores eran prácticamente tan sencillas como emitir comandos de voz o señas con las manos, claro que la mayoría decidía compartir el trabajo con las máquinas para no aburrirse.

Yusei era un muchacho delgado, de pelo castaño oscuro y liso, tenia una personalidad muy excéntrica por lo que siempre llamaba la atención en la escuela, por otro lado Hana, al ser mujer, era físicamente más delicada y nada le quitaba ese cabello castaño tan característico, aunque a diferencia de Yusei, reservaba su comportamiento para cuando se encontraba con amigos. Esta era una de las cosas por las que no compartían juntos más que el tiempo de la merienda en casa.

Mientras que un robot terminaba de masajear la espalda de Hana, se podían oír los pasos de Yusei por todo el pasillo del segundo piso corriendo del taller a su habitación... Un Robot levitando se acercaba hacia ella mientras llevaba una música pegadiza que iba en aumento.

— Hola—, una sonrisa se dibujo en su rostro—. Estoy por entrar, no tardaré.

Los pasos de Yusei se hicieron más fuertes y tenian dirección a la habitación de Hana. La puerta se abrió de golpe...

— Ehh Hana, ¿Con quién hablas?

— Me preparo para entrar—, dijó Hana cortanté—. Iré a ver paisajes y conversar con mis amigas ¿Qué harás tú?

— Hay un juego al que me ha invitado un compañero de clases, llevo jugandolo unos días, hoy también lo haré. Recuerda que te toca hacer la cena—, respondió Yusei antes de mostrarle la lengua, cerrar la puerta y correr a su habitación.

Hana dio un suspiro profundo, se puso de pie y preparó la máquina para conectarse.

Antes de ingresar todo era muy oscuro hasta que lentamente va apareciendo el blanco, el cual luego se atenúa poco a poco. Aparece el menú inicial, y Hana selecciona el universo de citas. El proceso toma menos de un segundo mientras elije su vestimenta.

Llevaba un vestido en beige y marrón, y el cabello atado en un moño verde que le daba una apariencia atractiva. Aceptó una invitación que tenia pendiente, y rápidamente se formo ante sus ojos un mundo sacado de los más dulces sueños que ha tenido. Existían rooms prefabricados en Secunda, pero nunca había visto uno como este. Debió ser por que tenía modificaciones a gusto del propietario. Poco a poco, noto el sonido de un riachuelo que corría a unos metros de ella, había un mantel de cuadros granate y blanco tendido en el piso, junto a el dos almohadones juntos, estaban colocados sobre piso muy plano y rígido. Sobre el mantel había una canasta de paja con detalles en tela.Todo esto sobre un jardín de pasto donde crecían margaritas de una forma aleatoria, eran aproximadamente las cinco de la tarde y los objetos aparentaban bañarse de un naranja que irradiaba en ellos.

— Hola, pensaba que no vendrías—, dijo una voz familiar.

— Me estaba vistiendo y se me fue el tiempo—, respondió Hana, mientras se giraba para ver al muchacho.

Iba vestido con una camisa abierta en el cuello, un abrigo en gris oscuro y pantalón negro. Anders era un muchacho que había conocido hace unos meses al asistir a un concierto virtual y desde entonces se encontraban para conversar.

— ¿Nos sentamos?—, pregunto el muchacho, mientras extendía la mano esperando que ella hiciera lo mismo.

Ella lo cogió de la mano y avanzaron juntos hacia los almohadones. Tomaron asiento, pero no se soltaban de las manos.

________________________________________________________________

Si te ha gustado: Vota por mi Historia, compártela y añádela a tu librería.

Publicaré las partes frecuentemente.

Muchas Gracias por tu apoyo.