Mi Pequeña Angelita

Dos caminos,un destino...

No se que pasaba,me sentía confundida,pero en especial,vacía. No sentía mi cuerpo,todo era oscuridad,quería pedir ayuda pero ni siquiera podía hablar.

Que pasaba?
No lo sé.

Donde estaba?
No lo recuerdo.

Quien soy?
Lucía Flor de Trovernic.

...

Ya me sentía más viva que nunca, pero aún me sentía confundida; de repente,pude visualizar dos caminos, uno blanco y puro y el otro oscuro y tenebroso.

Acaso debía escoger?

No lo sabía; una parte de mi me decía que fuera al camino blanco, y otra parte de mi me decía que debía ir al camino oscuro.

Ahora recuerdo algo que aveces me decía mi abuela, "Dios nos pondrá dos caminos al morir. Sólo recuerda,el camino de oscuridad siempre te llevará a la luz"

Siguiendo el consejo de mi abuela,empecé a caminar en dirección al camino oscuro. No podía ver nada,quería llegar lo más rápido posible; apresura el paso y choque con algo...

Que es esto?

Pase mis manos por toda la estructura, hasta que descubrí una perilla. Fue ahí cuando me dí cuenta que era una puerta,gire la perilla y una fuerte luz blanca me ségo por completo.

Una vez que recupere la vista, abrí los ajos lentamente para encontrarme ni más ni menos que en el paraíso.

Acaso había muerto?

-Hola?- hable a la nada en específico.

-Hola hija mía- escuche una voz atrás de mi,fuerte y potente.

Me gire lentamente sobre mis talones para encontrarme con la persona que todos quisieran ver,la persona a la que le debemos la vida, a Dios...

-Eres...eres...-no tenía palabras en ese momento.

-Si hija,soy Dios. Tu creador-dijo el con voz suave y melodiosa. - Y me alegra que hayas escogido el camino correcto-

-Gracias?-dije un poco nervioso y sólo río un poco.

-Ven,acompañame por favor- me pidió de manera gentil a lo que yo le obedecí.

-Primero que nada,Bienvenida al cielo. Segundo, estar aquí lleva una gran responsabilidad- me dijo -Debes rezar todos los días, agradecer que estas aquí y sobre todo ama a la familia que te lo dio todo- justo en ese momento me acordé de algo.

-Mi abuela, mi hermano. ¿Donde están? -pregunté alarmada.

-Tu abuela, al igual que tu,escogió el camino correcto.

Continuará...