No todo es lo que parece.

Uno

Corrí y corrí lo más que pude para alejarme de el, entre a un callejón y me trepe por una pared a medio construir la cual el tiempo no la había conservado del todo bien, tome un poco de aire antes de verificar que le había perdido.

Gran error.

Me vio sentada en el tope del muro, mi corazón latía con tanta fuerza como si quisiera salir de mi pecho. No quería ser atrapada por él, no sabía quien era pero me daba un mal presentimiento; Salté y continúe corriendo con todo lo que daban mis piernas; corrí todo lo que pude hasta que di un paso en falso y mi cuerpo se desplomo al suelo. Me levante lo más rápido que pude, iba a continuar corriendo hasta que algo me tomo de la muñeca y me jalo hacia atrás. Caí al suelo, sintiendo un horrible dolor en todo mi brazo, cerré mis ojos con fuerza para aguantar algo de dolor y al abrirlos estaba él, frente a mi. No sé en que momento paso pero de un segundo a otro ya estaba atada, mis muñecas siendo cortadas con las ásperas espigas de la soga.

Estaba completamente indefensa, atada de manos y pies, ojos vendados. Aquel lugar era completamente frío, aquel desconocido saco la venda de mis ojos dejando ver su oscura silueta. Un pequeño destello se asomo por un costado, a la altura de su brazo, moví un poco mi cabeza para poder distinguir aquel objeto que sostenía en su diestra.

Otro gran error

El desconocido al notar mi curiosidad se acerco más, dejando ver el objeto.

Un cuchillo

Al instante me quede pasmada al ver el susodicho objeto, se le veía desgastada -O muy usada- jugueteo con aquella arma blanca, mientras se acercaba más y más a mi. En un momento a otro ya estábamos a centímetros... Se acerco a mi oreja y...

-Cuando juegas con fuego... -Musitó, acariciando la piel de mi mejilla con el frío metal, bajando por mi cuello hasta llegar a mi abdomen. No podía verle, no podía moverme, no podía hacer nada. Sentí como la punta de el cuchillo se clavaba con suavidad sobre mi blusa- Te quemas.

Soltó de manera brusca, clavando el cuchillo, haciendo que soltara un grito desgarrador...

Tomo mi mano y jaloneo esta, yo aun continuaba gritando, esperaba que el dolor se desvaneciera cuando...

-Ey... Ey, Arabella. Calma, fue un sueño -Susurro Lauren con tranquilidad mientras acariciaba mi cabello.

Fue un sueño

Otra vez no, es la tercera vez en esta semana. Nunca debí ver esa película pero siempre me debo hacer la valiente ¿No? Seque mi frente y mire a mi alrededor, todos en el aula me veían como si estuviese loca -Y no los culpo, si alguien gritase mientras duerme yo le vería igual- Tome una bocanada de aire, tome mis cosas y salí del aula. Fui a la dirección, dando la escusa de que me sentía mal, no era una mentira, si me sentía mal. Al salir de la institución escolar espere unos quince minutos a que mi padre viniese a recogerme. No podía creer que tuviera el mismo sueño más de una vez, con el mismo final ¿Como era posible?

Recordé que mi mamá decía que cuando uno soñaba algo, era porque algo iba a pasar.

¿En serio eso puede ser cierto?

...

Camine hasta el espejo en mi cómoda, me veía más pálida de lo común; mi cabello se veía diferente, paso de un castaño oscuro a un negro azabache, mis manos pálidas y frágiles. Mis ojos estaban adornados con unas prominentes ojeras que cualquiera pudiese confundir con golpes. Tome mi bolso -El cual se encontraba tirado a un lado de la puerta- y lo lleve a mi escritorio, saque todo su contenido. Tome el primer libro que mi mano alcanzo para empezar a estudiar. Leía entre linea, remarcaba lo que pensaba que era útil...

"Si juegas con fuego, te quemas"

Aquellas palabras resonaban en mi cabeza, era tan frustrante. Suspire y continué leyendo...

...

Ey... Ey despierta... Cariño, debes comer algo

Murmuro una voz, no como aquella que resonaba en mi cabeza... No.. Era dulce, no entendía como pero pensé en mi madre... Mi madre había fallecido cuando tenía trece años, era una niña. Abrí mis ojos poco a poco, visualizando mis libros desordenados en mi escritorio. ¿Cuanto había dormido?

Tallé mis ojos, me estire y fui al baño. Lave mi cara con agua helada, no sabía que hora era, ni si era el mismo día pero quería comer algo. Salí del baño y tome mi celular:

7:59pm

Dormí cuatro horas completas... Bueno, me pregunto si seguirá en casa. salí de mi habitación y camine hasta la reducida cocina, cuando mi mamá murió decidimos mudarnos a un lugar más pequeño, además para quitarnos el dolor de su recuerdo. Tome un baso y lo llene con jugo. Escuche unos pasos que se acercaban, creo que debería ir a un psicólogo. Levante la mirada y encontré a un Jonathan, esbozando una sonrisa cansada, le devolví la misma y salió de la habitación.

Bueno, al menos no estoy sola.

Termine mi jugo y fui directamente a la habitación de mi primo, toque la puerta tres veces y nada. Solté un suspiro y volví a tocar cuando escuche que se reía de mi al otro extremo de el pasillo; no lo evite peso sonreí, imitando su sonrisa burlona y camine hasta el para golpearle en el brazo y luego abrazarle.

-Me ha dicho que te sentías mal ¿No? -Dijo mientras me rodeaba los hombros con sus brazos.

-La pesadilla otra vez -Murmure, apoyando mi mejilla en el pecho de mi primo oliendo su perfume.

-¿Dormiste en clase? - Asentí a su pregunta, mi acción hizo que este soltara una sonora carcajada e hizo que yo también riera.- ¿Cómo puedes mantener tú promedio tan alto si siempre estás durmiendo?

-Duermo en clases, no en casa.

...

- Tenías que verla, estaba tan desesperada por que le hablara. Era tan chistoso -Contó Jonh entre risas, su risa era tan contagiosa que hacia reír hasta a los abogados más serios que se nos han cruzado.- y su voz era tan chillona. No entiendo porque chicas así me buscan; siempre es lo mismo: "Jonathan me compras estos zapatos, mira ese bolso, ñiñi, ñiñi" ¡Agh!

-Quieren tú atención "Johnny" -Chille como una idiota, para después reír junto con Jonathan.

-No vuelvas a hacer eso -Dijo como pudo entre risas, llegando al borde de las lágrimas de tanto reír.

-Esta bien, Jonh.