- Bien. Solo recuerda tomar una cucharada de este jarabe cada cuatro horas, es solo para asegurarnos, pero no sobrepases la dosis porque el jarabe lleva una pequeña cantidad de ambrosía, justo lo que tu cuerpo puede soportar -
Había pasado aproximadamente un día desde que había despertado de la especie de "mini coma". Ahora que se encontraba mejor, ella pudo percatarse de cosas que el día anterior había pasado por alto.
La habitación de enfermería en la que se encontraba estaba inmaculadamente pintada de un color celeste claro que le ofrecía una extraña sensación de relajación casi instantanea.
Había un poster de un sátiro con un termómetro en su boca en la cabecera de su camilla.
El estante de las medicinas estaba enfrente suyo, ordenado de manera sistemática por color o por tamaño, separando gasas, algodón, alcohol, entre otras cosas.
Era un lugar demasiado ordenado. Cada cosa parecía tener su lugar exacto y se pregunto que quién tendría la paciencia suficiente para hacer algo como eso.
Y en esos instantes estaba ahí, con Will, hijo de Apolo, frente a ella, explicándole la medicación que debía de tomar y cuando hacerlo.
Al escuchar la palabra jarabe frunció el entrecejo, asqueada.
Él rió un poco ante su gesto infantil.
- Oh vamos. No hagas esa cara. La dosis de ambrosía resulta muy útil en lo relacionado al sabor, no sabe mal -Aseguró el rubio con una sonrisa de costado.
Usaba una bata médica que le quedaba de maravilla.
Ella asintió con más confianza, estirando su mano derecha para tomar la bolsa de papel que él le extendía con el jarabe y su respectiva cuchara.
- Gracias por todo Will -La chica se levantó de la camilla y rodeó el cuello del rubio en un abrazo de agradecimiento.
No cabía duda que ese chico era una persona excelente.
Se separaron un par de minutos después, él tenía las mejillas un tanto sonrojadas, cosa que ella pasó por alto.
- Bueno... Yo... Uh, te iba a ofrecer acompañarte a tu cabina -Dijo Will con nerviosismo- Y enseñarte el campamento, claro, solo si tú quieres -
Ella asintió con vehemencia.
Will Solace había intentado explicarle todo lo relacionado al campamento. Las actividades básicas, como se dividían los campistas, la facilidad con la que Dionisio designaba apodos a todos y de Quiron.
Todo le resultaba inquietantemente normal. Desde la conversación que había tenido con Percy, del que había descubierto rápidamente que era el más dulce y abnegado de todos, quien le explicó cada una de las cosas que debía saber y la comprendió como nadie más pudo haberlo hecho.
- _______ -Escuchó que la llamaban. Al volver la vista descubrió que se trataba del chico rubio de mirada azulada y triste. Su mirada tenía cierto toque inquisitivo que la incomodaba, se sentía en un constante escrutinio bajo sus ojos cielo, pero algo dentro de sí le dijo que él no era nada malo, solo un poco más serio que el resto- No es por querer presionar ni nada similar, pero, ¿Tienes alguna idea de quién es tu padre o madre divino? -
Ella se lo pensó un momento, aquellos repetitivos sueños que tenía con un hombre rubio que pasaba interminables ratos en su compañía luciendo una pulcra camiseta polo y unos jeans azules mientras ambos daban largas caminatas a plena luz de la luna, o simplemente se quedaban ahí, en su habitación, jugando "Serpiente y calabozo", juego donde ambos poseían la habilidad para estar parejos y pasar un excelente rato de sana competitividad.
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My personal soldier |Nico Di Angelo| |Primera parte|
Fanfiction¿A qué estará jugando ahora el olimpo? Los problemas de los semidioses son casi tan normales como la respiracion, siempre presentes. Pero todo puede empeorar con el secuestro de uno de los doce, el balance del mundo mortal e inmortal se verá en seri...