Primera carta: Leopold Stotch

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¡Hola de nuevo! Les traigo esta vez un two-shot (Cartman x Butters) en un universo alterno. Así es... Me inspiré en "The stick of truth", pero he cambiado varias cosas, como que Butters no es paladín sino mago y Cartman... Ya lo verán. La cosa es que se tomará la historia de cómo Leo se convierte en paladín y cómo Cartman en hechicero. Entonces, ¡disfrútenlo!

Dedicado a Ivy. Por nuestro precioso rol Cartters/Cutters. ¡Me encanta tu bebé! Y como te prometí, aquí está una historia para ti.

Disclaimer: Esta pequeña historia es de mi propiedad; así mismo los personajes no son de mi creación, son originales de Trey Parker y Matt Stone.

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La última gardenia

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Primera carta: de Leopold Stotch

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¿Recuerdas cuando te prometí estar siempre a tu lado?

Yo no mentía.

¿Recuerdas cuando te juré lealtad sobre mi existencia?

Yo no mentía.

¿Recuerdas cuando fuiste a batalla y casi pierdes la vida?

El corazón es uno y no se engaña dos veces... Yo mentía, pero no lo hacía.

En aquel entonces juré darte mis días y como torpe enamorado te la entregué por completo. Es lastimero, no poder acariciar tus labios de nuevo.Recuerdo un sinfín de cosas contigo, desde las pequeñas luciérnagas que tras el ocultar del sol seguíamos, hasta el vaho en la ventana al choque del calor entre ambos.

¿Me recuerdas?

Solías hacerlo.

Las noches largas y diluidas, que se extienden hasta la mañana. Sin pena, sin gloria, sin memoria, y sin sentir la llovizna que nos clama.

Presos siendo libres; a pesar, muy a pesar, tuyo y mío no poder alejarnos de nosotros, a pesar más mío que tuyo no poder acercarnos más a nosotros, a pesar de todo, a pesar de las distancias, ¿me recuerdas? Cuán dichosos éramos.Siempre colmados de heridas: compartidas, partidas e inesperadas... pero amadas...¡Cuán dichosos éramos!

Muriendo en los labios que nos daban vida, labios de agua; con su única respuesta siendo la pregunta; y lo más triste, creedlo no es que me hayas olvidado, es que yo mi amor a ti no he dejado...

¿Recuerdas mi devoción a la luna? ¡Cuán desdichado era en el amor! Colmado de pereza, me convertí en tu sombra, no de la luna, ni siquiera del sol, fue tu incendiada mirada que me robó la razón.

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Danzaban los arboles al son del viento. Se mecían con cuidado cada vez que el hijo de los Atalaya daba un paso al frente. Tras la capa ocultaba su rostro y aún sabiéndose tétrico, no escatimaba en preocupaciones.

El hechicero aspiró el dulce aroma del viento a pleno otoño: su favorito.
Tarareaba una melodía melancólica, con una voz tan preciosa que bien podría ser una maravillosa canción de cuna. Las tardes de octubre le parecían espectaculares, en noviembre la calma gobernaba y entonces llegaba diciembre con la suavidad de las noches acuñando por fin el frío; uno invisible o poco perceptible, lo extrañaría por otro largo año. Ya era su turno de cerrar el ciclo.

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⏰ Última actualización: Sep 22, 2015 ⏰

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