"Ella es mi espejo, refleja lo que soy"
- Lisa / Gustavo Cerati -
Cuando nació Agustina yo tenía apenas 22 años. Cuando me divorcié, a los 32, tenía tres hijos: Agustina de nueve años, Gimena de cinco y Francisco de dos. Todo pasó muy temprano, sobre todo si lo comparo con las costumbres actuales, cuando la edad promedio de los hombres que se casan en Buenos Aires es de 32 años.
No puedo recordar exactamente en qué fecha fue, pero tengo guardadas imágenes mentales de aquel fin de semana en 1991 en el que estuve por primera vez solo con los tres. Ellos y yo, sin nadie más. Los fui a buscar temprano con todo planeado. Estaba nervioso, porque quería que las cosas parecieran naturales. Ese día lo pasé tratando de divertirlos. Jugamos, nos disfrazamos, cantamos, se hizo de noche, comimos, les conté cuentos, los acosté, los tapé, los besé. Quería que estuvieran tranquilos, que supieran que a pesar del divorcio las cosas no cambiarían, que yo seguiría siendo su papá para siempre. Supongo que todos los hombres divorciados del mundo quieren hacer lo mismo alguna vez, pero hay actos de los que sólo es posible entender su completa profundidad cuando los hacemos nosotros mismos.
"De repente los vi. A los tres."
Ese día, o por aquellos días, me pasó otra cosa que ahora quiero recordar. De repente los vi. A los tres. No sé si estábamos desayunando o jugando a algo, pero los vi claramente, los vi como no los había visto nunca hasta ese momento. Tres personas, tres historias, tres vidas. Seres independientes y distintos a mí que vivirían sus vidas mucho más allá de la mía, con sus propias pasiones, sus propios sueños, con destinos que podrían ser diferentes y hasta antagónicos a lo que yo podía imaginar para ellos en ese momento.
Últimamente me pasa lo mismo con Antonia. A veces me quedo mirándola mientras juega con Juliana en lo que es la escena más hermosa de mi vida, y mientras las miro me pregunto "¿Qué vida vivirás, Antonia?"
Es una emoción muy profunda que a veces sentimos los padres. Se mezclan la felicidad con algo de melancolía. Porque en esos momentos también me doy cuenta de que hay una Antonia que se aleja, que deja su lugar a una nueva Antonia, cada vez más grande, más radiante, más graciosa, más alegre, más inteligente... Pero para que esta nueva Antonia esté ahí, la otra, la Antonia más pequeña, tuvo que dejar su lugar para siempre. Y así seguirá sucediendo cada día.
La vida es cambio. Me lo enseñan con insistencia mis hijos mientras se convierten en hombres y mujeres, me lo enseña la piel de mis manos, me lo enseñan las estaciones... Aceptar el cambio, vivir sin intentar capturar a las cosas, ni a las personas, ni a los momentos, mirar siempre hacia adelante, avanzar con confianza, con esperanza, no temer... Ese es el desafío de la vida. | ●
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Macri: amor o venganza?
ChickLitUn gran DT, un gran padre, un gran hombre. Pero, ¿Que pasa cuando se enfrenta con sus raptores? Se embarcara en un camino de discordia y venganza, o, acaso encontrara un amor por el cual dejar el pasado de lado. He aqui: MAURICIO MACRI.