Capítulo 2: Un sueño Siniestro.

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Martes 22 de Septiembre, me he despertado de un sueño no tan común como suelen ser, ha sido tan extraño que he decidido escribirlo en mi cuaderno de dibujos, también he llamado al Padre Bonilla para saber si algo esta mal en mi cuarto o en mi, espero entiendan.

Estaba en una feria con dos amigas de clases, todo iba bien, risas, dulces, atracciones mecánicas, todo marchaba a la perfección, pero, fue de repente, un payaso se acercó a mi y me dio un boleto de entrada a la casa te los sustos; fue en ese instante en que mi sueño cambió, mis amigas desaparecieron de la nada, el cielo se oscureció y mi ropa cambio, era esta como la de una chica, estaba en un lugar desolado, oscuro, solo podía ver la dicha casa de los sustos, se sentía muy real, camine como si nunca llegara al lugar, era como dar mil pasos y no avanzar nada, cuando finalmente llegué, entre a la casa y estaba vacía, a excepción de sus paredes, ventanas y una puerta; en las primeras habían mascaras colgadas, algunas estaban clavadas y se veían muy realistas, eran feas y de mal gusto, eran una mezcla de animales y personas, había una mascara que parecía tener piel de humano, esta derramaba a lo que a mi parecer era sangre de hace ya unos días derramada en la pared, cabezas de cerdos, aves son ojos, una mascara en blanco con ojos de humano muy realistas, toda la habitación estaba llena de mascaras descaradas. Habían dos ventanas, estas estaban bloqueadas con candados y una tenia el cristal roto, la otra estaba enmarcada con un marco de metal, como una jaula, pensé varias veces en salir de ese lugar, pero, era la puerta, esta habitación tenia una puerta que se observaba al entrar, era una puerta sucia, al acercarme para abrirla, se podía sentir un olor terrible, a ratas muertas o lo mas parecido, no era una puerta normal, esta era de un material parecido al metal, pero sucio, con letras al revez y dibujos de carruseles; entre porque la curiosidad era mucha, abrí la puerta y se encontraba ahí, limpio, impecable, el payaso que me había dado el boleto no parecía nada sorprendido con mi llegada, de lo contrario, yo, muy perturbado le intenté decir algo, pero mi boca era inútil, mis labios no se movían, mi lengua era inútil, éste al ver mi reacción de no poder hablar se levanto de inmediato -Te he robado la voz- dijo, con una voz idéntica a la mía, yo caí al piso sentado, sorprendido y asustado de lo que habían escuchado mis oídos, se levanto y giro su cabeza 360° a un velocidad espeluznante -tu voz no estara mas, tus ojos serán de mi pertenencia y escuchare lo que escuchas, no es un sueño, ya verás, ya llegara el dia en que juguemos de verdad- dijo este cuando su voz bajaba de tono conforme a seguía hablando, a tal punto que parecía la voz de la misma muerte la que escuchaba, levanto sus manos y cayeron decenas de brazos y piernas en aquella pequeña habitación, estaba yo lleno de sangre, la falda que traia puesta me daba un asco terrible, me levante y salí de ahí, levante la mirada y el payaso no estaba mas, cuando estaba en la primera habitación me di cuenta que no había puerta alguna de salida, las ventanas seguian iguales y las mascaras lloraban sangre, reían y mas de alguna blasfemaba, todo parecía un filme de terror.

Corrí hacia lanventana rota, pero la falda quedo atorada, aún no se porque traía puesta ropa de mujer si al inicio del sueño traía mis pantalones de siempre, todo fue extraño, entonces tuve que romper la falda, quitármela y seguir huyendo de ese lugar; caí fuera y mi sorpresa fue que aún seguía dentro de la casa, pero, esta vez era distinta por completo aunque en el fondo fueran las mismas, estaba oscuro y había una linterna tirada en el piso, alumbraba hacia una llave, tome la llave y en seguida la linterna se apago, se encendieron todas las luces y fue así que me di cuenta que estaba en un cuarto como de un hospital, como si estuviera yo en alguna sala de operaciones, azulejos manchados de sangre, y en el piso igual, como si alguien hubiera intentado escapar arrastrado en el piso, solo había un pasillo así que camine con sigilo, el miedo estaba se había apoderado de mi mente, pasaban miles de cosas en mi cabeza, no quería morir en mi propio sueño.

Historia de Terror: Sueños MacabrosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora