Queriendo Amarte [Jung Hoseok]©

Introducción

Mi silencio e incomodidad fueron muy evidentes.

Inmediatamente me excusé diciendo que mi madre me pidió que llegase temprano a casa porque debía ayudarla, aunque no le especifiqué a Hoseok en que la ayudaría, con esa evasiva un poco tosca salí de la pequeña plaza cual rayo sin despedirme de él, sin darle tiempo de decir más.

Desde ese entonces no lo he vuelto a ver, ya han pasado dos meses desde esa loca proposición fallida, seguía sin entenderla pero moría de ganas por preguntarle ¿Qué pasó? ¿Por qué yo? No tengo ninguna cualidad especial, no me considero una de las más hermosas; no soy nada superficial ni vanidosa como esas chicas que él bien conoce, tampoco hay en mí característica alguna que me haga ver tan refinada que digamos; no soy romántica ni tierna, no me gustan las baladas ni la música suave; solo he estado una vez "enamorada", créanme, eso se me hace una mierda. Y aunque oppa ha sido mi amigo de toda la vida jamás me intereso un poco siquiera alguna de sus aficiones, a mi parecer nuestra relación se basaba en ser él y yo contra el mundo, me trataba como a uno más de su circulo de amigos cercanos que, cabe destacar, todos eran hombres.

Se preguntaran ahora: Si lo conoces tan bien ¿Por qué no darle una oportunidad al amor? No es tan fácil como parece, no quiero sufrir de nuevo, no quiero verlo sufrir a él, además, muchas veces lo vi divertirse y jugar con chicas, pobres niñas victimas de sus juegos. ¿Que quién soy? Su mejor y única amiga, una chama simplona y bipolar de estilo indefinido al vestir, con una larga y negra cabellera y de unos intensos y enormes ojos color azul marino, mi nombre es Sofía Leal. Sí, una extranjera en Seul, de padre Puertorriqueño y madre Venezolana -Se imaginaran ustedes la explosiva combinación de caracteres-, con una notoria fluidez en el idioma Coreano ya que toda mi vida he vivido en Corea, una "belleza exótica" según la opinión de varios; y a pesar de no serle tan fiel a la definición de mi apellido he sido incondicional a ese chico desde que era un mocoso en pañales... hasta ahora.

Ésta es mi vida, ésta mi historia, este mi problema ¡Y valla que problema! Proclive a querer amar pero sin ningún tipo de voluntad para ello.