Todo volvia a ser igual, igual que cada noche anterior. Aquel desgarrador suceso, que me llevaba atormentando desde la primera noche que cumpli los 15. Los primeros dias los recuerdo bien, amanecer, atada de brazos y piernas en aquel camastro viejo y maloliente, dentro de aquella oscura y minúscula habitación con aquel
exagerado olor a azufre.
Cada noche luchaba contra mi sueño e intentaba pasar las noches en vela con tal de no volver allí.
Quien sabe de donde demonios salía todo aquello, pero realmente poco a poco empezaba a encontrarme bien allí, era como si todos los engranajes de mi cabeza conectasen, qué persona busca algo así. Comenze a acostumbrarme a yacer ahi desde la decimonovena noche. Fue como si de un dia para otro todo cobraba sentido.
Ese mes habia sido realmente extraño, dejadme explicaros.
Hace 28 dias cumpli 15, una cifra digamos significativa, ¿No? O bueno eso piensan todas y cada una de las chicas de mi escuela, te crecen la tetas, maduras, te dejan salir y beber todo lo que te de la gana. Pero en mi caso, como será lógico, no. Porque aqui donde vivo se me considera lo que viene siendo una pringada, solitaria, y estúpida chica. Pero en mi defensa tendria que deciros que no es asi, soy una chica de lo más completa, o basicamente no soy la copia de la típica barbie de turno.
Mierda, ya sonaba otra vez ese sonido endemoniado, notaba como todo se desmoronaba, como una espesa niebla se apoderase de mi mente. Vuelta de nuevo. A lo mismo de siempre.
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Decimonovena.
EspiritualTodos tenemos algo que ocultar, aunque se encuentre en el peor rincón de nuestras pesadillas.