Para entender mejor: La historia está contada desde dos puntos de vista. Cada cambio es cada doble separación.
Gracias por leer.
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2:10 p.m. Estación 2 de mayo
Corrí por la estación hasta alcanzar el bus, que se estacionaba en su parada y recién abría las puertas cuando yo llegué a ellas. Había asientos libres, pero yo tenía un sitio favorito, de pie junto a la ventana, frente de la puerta, pues soy observadora, y me gusta ver a la gente pasar. Dejo mi mochila en el suelo y me recuesto en la ventana, las puertas se cierran. Una. Dos paradas. Llegamos a la estación que tantos recuerdos me traía, giré mi cabeza hacia la ventana, fijando mi vista en mi anterior centro de estudios, suspirando con nostalgia.
2:15 p.m. Estación España
Entraba con paso cansado a la estación cuando vi el bus que llegaba. Aceleré el paso para poder conseguir mi sitio favorito. La ventana contraria a la primera puerta, aunque tuviera que ir de pie. Las puertas se abren y veo a una chica en el que sería mi lugar, su rostro hacia la ventana, por lo que me posiciono frente a ella, esperando y rogando a que baje del bus en alguna próxima parada. El bus avanza y el cabello de la chica frente a mí se agita con una pequeña brisa, desprendiendo un olor muy familiar. El bus entra a los túneles de la siguiente estación, y ella retira los mechones castaños de su rostro girando hacía mí, en un amago de recoger su cabello en una coleta, la cual cae, cuando ella posa su mirada en mí y sus ojos se agrandan quizás más que los míos por la sorpresa.
2:20 p.m. Estación Central
Bajo la mirada y me agacho para recoger mi coleta, totalmente sonrojada y confundida. Amarro mi coleta en un moño alto y regreso la vista hacia la ventana. Aun así, noto como el bus se llena, como la gente entrando descortésmente empuja, causando que él de dos pasos al frente, quedando a 40 centímetros de mí.
Las puertas del bus se cierran y este avanza.
2:35 p.m. Estación Canadá
Ella no ha despegado su mirada de la ventana. Mi corazón golpea fuertemente en mi pecho al sentirla tan cerca, al sentirme tan expuesto. Una parte de mí quiere salir del bus y esperar al siguiente, pero eso sería muy infantil y ella ganaría. Cambiarme de sitio no es opción, pues no hay a donde cambiarme, por lo que me acomodo en mi sitio, dejando mi mochila en el suelo junto a la de ella y colocando las manos en el tubo sujetador, a centímetros de la suya. Las puertas se abren y el bus se llena más, empujándome, lo cual me hace perder por un momento el equilibrio y me voy hacia adelante al mismo tiempo en el que ella gira, doy un pequeño paso adelante para estabilizarme, y coloco la otra mano libre en la ventana tras ella, acorralándola. Nos sonrojamos y ella utiliza la mochila a sus pies para evitar que yo dé un paso más, sin embargo, más gente entra al bus y yo la miro pidiendo que la saque. Ella masculla una grosería, empuja la mochila con sus pies hacia la pared del bus y yo doy un paso al frente y quedo a menos de 20 centímetros de ella, pero bueno, en estando en este transporte, deberíamos de agradecer no ir aplastados.
El bus avanza y él coloca nuevamente su mano en la ventana detrás de mí, ya no puedo girarme hacia esta, y no quiero mirarlo, así que mi playlist music se convierte en lo más interesante del mundo. Dos paradas más adelante él se agacha y saca un paquete de galletas. En todo el día mi estómago sólo ha recibido un pedazo de pan, así que reacciona y hace un pequeño gruñido lo suficientemente alto para que ambos lo escuchemos.
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Narraciones del corazón
Short StoryColección de historias cortas Actualizaciones esporádicas Sus comentarios me ayudan a mejorar :)