Capítulo uno: El manicomio y los zombies

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Y de nuevo, me encontraba en el piso. Era la caída numero diez y ocho de este mes -si, las cuento-, odio las clases de gimnasia, odio al maldito regordete que nos hace dar diez vueltas a la cancha en cada clase, odio a los idiotas de mi curso, odio a las perras del instituto, lo se, odio a todo el mundo.

- ¡Oigan, estoy en el piso, consideren un poco, ayuden al caido! -Los de la clase me miraban raro-, ¡Literalmente! ¡Aah son unos buenos para nada, idiotas!

Me levanté del estúpido suelo y limpie mi uniforme. El gordo profesor de gimnasia dio por finalizada su clase y me dirigí a las duchas.

Nota mental: ¡Odio gimnasia!



* * * * * *



- Maia, Maia, Maia ¿cuando aprenderás? -Carter, mi mejor amigo, me regañaba mientras movía su lápiz de izquierda a derecha.

- Querido Carter. Deja comunicarte, que es demasiado para el cerebro de paloma que tengo, no me interesa aprender, ¡Porque la necesidad de hacerlo! -Mordí mi manzana de una manera no muy considerada como para ser una chica, pero digamos que exactamente no me gusta ser una chica normal. Vestidos, rosas, flores, fucsia, putifaldas, putitops, nah ¡eso no va conmigo! Lo mio es los deportivos y mis típicas camisas de mis bandas favoritas. En el instituto cada quien tiene su fama, ¿la mía? Solo la "chica marimacho" pero me vale un bledo, yo no vivo de lo que dice la gente.

- Mira, digamos que el método del paralelogramo es-

- Carter, no lo hagas, no lo intentes y ya.

- Maia, solo intento ayudarte, deberías agradecerme en vez de estar renegando peor que mi mamá. ¿Has visto tus notas? ¡Estan del maldito asco!

- ¡Que genial eres recordandomelo! Eres idiota -Él negó de forma divertida mientras yo rodaba los ojos.

- Pero así me amas -En ese momento, el timbre de el instituto, sonó.

- ¿Que te hace creer eso? ¿Fui yo la que te mintió tan feo? -Pregunté de forma divertida, este maldito idiota es como mi hermano. Me paré y me iba a mi curso pero algo me decía no irme de esa forma. - Oye bobo, gracias por ser mi genial idiota, te veo a la salida -Le tiré un beso volado y me fui a mi clase. Al entrar, la vieja cara larga me vio con cara de pocos amigos, pero ¡bah! Que me reputee en su mente, me da igual.
Me senté en mi puesto de al fondo, y saqué mi celular que acto seguido conecté mis auriculares. Nirvana fue primero en hacer mi mundo musica pero se fue desvaneciendo cuando la vieja loca se acercó a mi.

- Señorita Fariello, ¿tiene algún problema respecto a mi clase? -Guardé mis auriculares seguido de mi celular, y me digne a ver la cara de la vieja.

- La verdad, es que no me interesa su clase ¿algun problema con eso, señora? Su clase es demasiado estresante como usted, cabe decir que es como un grano en el trasero -La señora McDoll tenia su rostro echa una furia, su cara ya explotaba de la rabia, ¡estaba roja! Oh como me encanta hacer eso.

- Así que...no le gusta mi clase. ¡Vaya a detención ahora! Haber si así le gusta estar encerrada, me parece una muy mala manera de expresarse, señorita Fariello, ah y una vez que este en detención, necesito a su representante a primera hora mañana, o si no, no entra a cla-Me pare de mi lugar con mis cosas y me dirigí a detención, esta vieja me tiene hasta la coronilla. Caminé hasta detención y al abrir la puerta de esta me encontré con varones ¡Si varones!

Eso es incómodo.

El hecho de que sea la "marimacho del instituto " no implica que también tenga defectos de toda chica, es que soy una chica. Joder esto es vergonzoso.
Busqué mi puesto del último y este ya estaba ocupado. Lo que me faltaba.

- Vaya, como que aquí solo estamos hombres ¿a que no? -Las risotadas de los retrasados, simios con complejo de foca se escuchó en todo el salón. Rodé los ojos, obvio que dijo eso para ponerme incomoda, pero le voy a mostrar que no es así, al menos no me dejaría ver la cara de ese idiota.

- ¿Tienes algún problema, idiota? - Hablé. Me crucé de brazos y el estúpido me miró alzando una de sus cejas...cosas de la vida, el maldito es guapo.

-¿Yo? ¿Algún problema? - Rió de forma irónica haciendo que mis puños se cierren por inercia. Si sigue así, juro que le romperé la cara.

- Mira, escuchame bien pijo, tu.hablarme.así.jamás. ¿entendido? - Que ridículo sonó eso Maia, mal, muy mal.

- ¿Me crees Tarzán, niñata? -Solté una gran carcajada, vaya que buen chiste.

- Con lo idiota que eres, supuse que tienes algún tipo de retraso mental -¿Quería que lo trollee? Pues bien, así vamos.

-Oh por Dios...aquí la del retraso eres tú, ¡mirate! pareces de todo menos una chica.

- Y no sabes cuanto me alegro de eso. ¡Tu pareces de todo menos un chico normal! -Me miró indignado, ¿arruiné su ego? ¡Como lo siento! -Y este es el momento justo en que quisiera reirme hasta escupir toda tu cara. Pobre chico, ¿la marimacho derribó su ego? ¡Que pena!

- Calláte.

- Vete a la puta mierda Adams. ¡Ah! y para la próxima, me vuelves a dirigir la palabra, te juro que no me va a doler mi preciado puño, estamparlo en tu cara, y mucho menos mi jodida rodilla, yo de ti me lo pensaría, no quisiera quedarme sin descendencia, si fuera tu. ¡Adiosito idiopedos!

Muy bien Maia, vas muy bien.


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N/a: Hey personitas detrás de esa pantalla, espero que les haya gustado este primer capítulo, estuvo aburrido lo se, pero va a ser necesario, ya que así empezará todo el rollo. No olviden de darle a la estrellita y dejar algún comentario.

¡Maia en multimedia!

¡Hasta la próxima!

Cambio y fuera. D.





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