Había pasada más de una semana desde lo ocurrido con Augustus y Brianna, Chad y Matthew. Aún no podía creer que ese idiota fue el que me dio su hombro para llorar y no Carter como es de costumbre. Pero a pesar de su trato de amabilidad, ese "ninguna palabra a nadie" me dio mucho que pensar. No solo eso, sino que me sentí la más idiota del mundo, en haberme mostrado tan vulnerable frente a el.
Largue un suspiro y me acosté boca arriba. Proyecté las imagenes de mi hermano llorando, y si fuera poco, sacandome de ese lugar. Mi vida es un problema, y hago problemas la vida de mi hermano, yo soy un problema, y que al parecer es mi defecto; algo que de por si ya viene dentro de mi, y lastimosamente nadie cambiara eso, cuando sé que ni yo misma se como cambiarlo. La pregunta es, ¿algún día alguien me querrá? Osea, soy un caos andante, no quiero sonar patética, pero, ¿quien se enamoraría de mi, de este caos completo? Oficialmente perdí el amor de mis padres, y a los únicos que tengo son Carter y Chad, que prácticamente son mis hermanos. Soy una chica, demonios, quisiera sentir como querer a alguien y experimentar lo que toda chica quiere. Nunca quise a nadie en mi vida, a mas de mi mejor amigo y mi hermano y si mal no recuerdo, la ultima vez que sali con alguien terminó siendo un desastre, mi peor desastre. Eh sentido gusto hacia personas de mi sexo opuesto, pero nunca eh amado, nunca.- Maia, ¿estás ahí? -La voz de Chad sonó detrás de mi puerta, salí de mi trance y fui a abrirle. Se notaba tan mal, tan destruido que un poco más y rompería en llanto, pero me di cuenta que el no era el unico sentirse de esa manera, yo estaba peor- ¿puedo hablar contigo, pecas?
- Eso no se pregunta, obvio que puedes, entra -Una vez que entró, cerré la puerta y ambos nos sentamos en mi cama.
- Yo...Maia, siento haberte gritado, yo solo me sentía dolido...
- No te disculpes Chad, no debes de hacerlo, estás en todo tu derecho y te entiendo, yo hubiese reaccionado de igual forma.
- Pecas...te terminé gritando, eso jamás me lo perdonaría; Eres mi vida Maia, si no me disculpas moriré con este cargo de consciencia -Pasé mi brazo por sus hombros y lo atraje a mi.
- Esta bien Chad, disculpas aceptadas. Pero realmente soy yo quien debe pedirte disculpas...por ocultarte todo. Por haber dicho cada vez que ellos no tenían tiempo para nosotros, porque eso es mentira Chad. -Lanzó un suspiro.
- Dime toda la verdad Maia, necesito que me aclares todo. -Suspiro y lo miro directamente a los ojos.
- ¿Recuerdas aquella tarde en la estabamos festejando tu cumpleaños número once? -Asiente con melancolía.
- Como no recordarlo, era tan feliz Maia, y ese es el único recuerdo que tengo cuando ellos demostraban tanto amor Pecas -Agacha su cabeza.
- Esa tarde había ido al despacho de papá...mamá me había mandado a buscarlo. Nunca pensé en econtrarme con una gran sorpresa, que hizo que sucediera todo esto. Sólo puedo decirte, que todo este sufrimiento llegó desde aquella tarde, Chad. Lo siento, no puedo decirte nada más.
- ¿Qué? Maia, no me hagas esto...dimelo, sea lo que sea, estoy listo para escucharlo -Negué.
- No Chad, creeme que no lo estas y aparte...no hay nada mejor que escucharlo desde sus propias bocas. Te amo, pero no te lo diré...no ahora. -Me va odiar, me va a odiar.
- Pecas, ¿sabes lo enojado que me pondría por todo esto? Pero no te preocupes, no lo estoy...sé que lo dices por algo, lo sé por tu mirada sincera. Yo esperaré, solo deseo que fuera pronto. -Sonreí y me lancé a abrazarlo.
- Gracias por entender, Chad...¿qué te parece si vamos a alquilar películas y de paso nos compramos muchas golosinas?
- ¿Sabías que te amo muchísimo? Iré a ver dinero.
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Cerré mi casillero mientras escuchaba la charla que tenía Carter y Jason. Estaba tan fundida en mis pensamientos que no logré escuchar con claridad mi nombre, pero se que me hablaban a mi porque tenía toda la atención de estos.
- ¿Decias algo Carter? -Cuestioné. El rodó los ojos.
- Hablábamos del entrenamiento de hoy, me dijiste que no querías estar en casa y se me ocurrió la idea de que vayas a vernos al entrenamiento de hoy...Chad estará también.
- Ya que no hay otra propuesta, está bien, iré. -Encogí mis hombros.
- Genial, te vemos ahí, muñeca -Gruñí y Carter sonrió en burla. Él sabe perfectamente que odio que me llame así.
Una vez que se fueron, empecé a caminar hacia mi siguiente clase, un gran grupo de chicos venían en sentido contrario y al momento que pasaron a mi lado fue inevitable para ellos empezar a burlarse, yo solo me hacía de oídos sordos y seguía mi camino. Pero un cuerpo tropezó conmigo haciendo que caiga al piso con fuerza, mi cara enrojeció del coraje pero mi cara estuvo a punto de explotar por ver quien fue el causante.
- Para la próxima fíjate por donde caminas, pedazo de inservible -Pero nunca se volteo a mirarme o a devolverme el insulto. Matthew Adams siguió con su camino e hizo como si nada hubiese pasado.
"Sólo esto quedará en el olvido, al menos yo lo haré. Mañana todo volverá a ser lo mismo, olvidemos lo que acaba de pasar, por favor"
Ahora todo tiene sentido, es como si nunca hubiese hablado conmigo en su vida. Por una parte me alegro, pero otra parte de mi quiere quedarse y seguir comportándome como una desgraciada que no tiene piedad con el. Y aún así, esa parte de mi, me divierte bastante.
Entré a la clase y me mantuve distraída en toda la hora, porque mi pensamiento solo estaba en Matthew y su extraña actitud.
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- ¿Vendrás? -Preguntó Carter desde la otra línea.- Calma campeón, que desde aquí ya estoy viendo tu plano trasero -Escucho una risa de su parte y cuelga.
Subo las gradas y tomo asiento para tener una mejor vista de el aburrido entrenamiento y entonces veo que Carter me hace señas, miro con atención sus gestos y veo que señala hacia otro lado. Genial, mi mejor amigo esta señalando al estúpido de Matthew y me sonrie pícaramente; Busco con la mirada a mi hermano y lo veo coqueteando con Cassie, vuelvo mi vista a mis zapatos y los quedo contemplando por un momento hasta que siento la presencia de alguien sentándose a mi lado. Miro y lo unico que hago es rodar los ojos.
- ¿No deberías estar entrendando? -Pregunté.
- No tengo necesidad, ya lo hice. -Contestó. Yo solo asentí y volví mi vista hacia los muchachos quienes empezaban con su calentamiento- Lo siento. -Volví mi vista hacia Matthew.
- ¿De que hablas?
- De lo que sucedió hace poco, estaba distraído y no quería ponerme a discutir con una chica impulsiva -Fruncí el ceño, se notaba triste y me entró una gran incógnita, ¿que le sucede?
- Ah eso, ya no importa, al menos me has dicho "chica" -Alcé una ceja.
- Es lo que eres ¿no? Escucha, yo no soy el típico muchacho engreído de cuarta, no soy como todos me fachan, no puedo juzgar sin conocer.
Juro que mi boca un poco más y estaba en el piso, ¿es este el verdadero Matthew Adams? Debo de estar soñando.
- Espera. ¿Es enserio? ¿Acaso eres el gemelo buena gente de Matthew? -Él soltó una pequeña risa.
- Sé que aveces soy un idiota, lo admito. Y las pocas veces que te eh tratado, solo te había estado juzgando, sin saber quien eres realmente.
- Sabes que me caes mal ¿no? -El negó sonriente- Deja de sonreir, no es chiste simio -Dije en tono burlón.
- Entonces también me caes mal -Me guiñó el ojo.
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¡Eres mi problema!
Teen FictionLa chica marimacho le dará unas cuantas lecciones a señor perro. Primer intento, segundo intento, tercer intento. ¿Será que Matthew cae rendido al cuarto intento de su lección con Miss Marimacho?