Capítulo 9

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Me desperté por el sonido de la alarma, me levanté y me dirigí al baño. Al abrir la puerta prendí el interruptor para luego mirar al frente y ver mi reflejo en el espejo.

Toda mi vida he querido verme desde el cuerpo de otro, es decir, uno nunca se ve así mismo; siempre vemos nuestro reflejo en el espejo o una fotografía. Por otra parte me gustaba ver mi reflejo fuera en el espejo o en el agua.

Entre a la ducha y abrí el grifo lentamente de manera que las pequeñas gotas sólo humedecían poco a poco mi cuerpo. Hoy sería el baile y no tenía pareja aún consideraba decir que no al baile y salir con la excusa de que salí cansado del set pero no me creerían y mi reputación de chico popular se iría al suelo no obstante hoy no podía perder la reunión de los populares, debía estar presente y ponerme los pantalones para tener el valor y decir: –No tengo cita para el baile ¿Y que con eso? Me voy a divertir mucho más que cualquier tonto que llevó cita –es fácil pensar eso, lo difícil es decirlo y que se burlen de mí en tal caso les respondería con algo cómo: –Yo cogeré con tu cita, mientras tu piensas que fue al tocador –a veces creó que tengo una imaginación tremenda, estoy seguro de que no tendría el valor para decirlo.

Salí de la ducha con una toalla alrededor de la cintura, para buscar mi ropa. Hoy por la tarde sería el baile de Bienvenida al cual no quería ir. El día no podía estar peor, hoy tendría que salir a las 11:00 AM para el set y grabar el episodio. Sería un día realmente largo después de todo.

Abrí el armario y cogí una camiseta con el logo de la NASA, para luego tomar la ropa interior y unos vaqueros prelavados algo ajustados. Comencé a colocarme las prendas lo más rápido posible, luego tome un par de converse negros y me los puse.

Baje a desayunar y por primera vez en la vida después de dos semanas atrás  Maya no estaba de malhumor, lo cual me provocó una sonrisa a la cual ella ignoro. Me senté al frente de Maya donde se encontraba mi plato de pancakes con tocino y jugo de naranja.

–Buenos días hermanita –le hablé dulcemente

–¿Por qué tenías que arruinar mi día? –replicó ella de mala gana

–Maya deja de comportarte como una idiota, ya estas muy grandecita para que salgas con estas payasadas –repliqué enojado –yo trató de hacer las pases y tu lo único que quieres es guerra... Pero a la que menos le conviene una guerra es a ti.

De cierta forma este día no podía ser peor, pero tuve una esperanza de que cambiará cuando la vi feliz y sobretodo por el desayuno que había hecho mamá.

–No entiendo porque te crees más que yo –dijo Maya mientras le daba un sorbo al jugo

–Te la pondré fácil. Tu eres un país bajo y yo una potencia –expliqué –¿Quien crees que gane en una guerra? –le lancé una pregunta obvia, pero ella se quedó callada –Oh, cierto ¡Obviamente que la potencia gana! –concluí en tono sarcástico

–Eres un tonto –dijo entre dientes

–No más que tú –respondí firme

–Eres un estúpido –siguió ella

–Joder Maya, me tienes harto de tus actos inmaduros. Si no vas a decir algo con propiedad calla tu maldita boca –respondí muy enojado

Maya abrió la boca para defenderse pero yo le lancé una mirada fulminante que provocó que cualquier protesta que tendría preparada se la tragará.

No tarde mucho en desayunar, y así comenzó mi día, no sería el mejor pero trataría de mejorarlo. En el camino al Oak Park High School, había un poco de tráfico algo muy raro pero tenía mucho sentido, hoy sería el estupido baile de bienvenida, todos irían a la escuela a comprar sus boletos, decirle a su pareja cosas como: –¿Ya tienes tu ropa para el baile? O ¿te parece si vamos al mall y compramos juntos ropa que combine? –es lo típico, sin embargo este día era una porquería, todos dando una declaración y yo lo único que declararía sería: –No tengo cita para el baile –aparte del baile, en el receso tendría reunión con los populares donde me imaginó que hablarían del baile, porque siempre es así.

OscurosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora