Prólogo

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Narrado por Viena:

Observaba como los hermosos labios de Luke estaban peligrosamente cerca de los míos y justo cuando decidí acortar la distancia ¡pum! algo impacto en mi rostro y rápidamente me incorpore sobresaltada y ahí fue cuando me di cuenta que estaba soñando ¡mierda! Ni en un puto sueño puedo tocar los dulces labios de Luke Hemmings.

-¡¿Quién fue el desgraciado que osó despertarme en tan placentero momento?!- pensé mientras giraba la cabeza cual niña del exorcista y escrutaba mi habitación con la mirada y entonces la vi escondida tras la silla de mi escritorio.

-¡Sidney Rosalinda Hotsummer como te atreves a despertarme! ¡Estaba a punto de besar al sexy Hemmings!- brame histérica aun desolada por haber despertado.

- Así que por eso ponías morritos- murmuro ella para sí creyendo que no la oía, pero lo hice así que me sonroje un poco y lo intente esconder tras mi cabello pelirrojo- bueno es que...- dijo en un tono más alto y vi en sus ojos como pensaba rápidamente una excusa que decirme la cual la salvase de mi ira mañanera- ¡Hoy es el último día de clases!

Y entonces de mi mente se fue cualquier otro pensamiento que no fuera la idea de no tener más clases. Me levante rápidamente de la cama y empecé a dar saltitos por toda la habitación cual niña pequeña el día de Navidad junto a mi mejor amiga, que al verme se unió, y empezamos a reírnos como locas.

-Por cierto- dijo Sidney cuando nos cansamos y dejamos de saltar- ¿de dónde has sacado el nombre de Rosalinda? Yo no tengo segundo nombre.

-Lo sé, fue el calor del momento el que hablo por mí, aunque te quedaría bien- le conteste de forma burlona y ella me reto mirando fijamente con sus ojos azules hasta que volvimos a estallar en carcajadas.

Terminé de arreglarme y bajé corriendo las escaleras hasta la cocina donde se encontraba mi madre y la ojiazul desayunando tranquilamente. Me acerqué hasta mi amiga y justo cuando se iba a llevar una tostada a la boca se la robe hábilmente y le di un gran mordisco.

-¡Oye! Eso era mío- se quejó.

-Sí, pero ya no- dije y como la adulta que soy le saque la lengua y como ella es igualmente adulta me devolvió el mismo gesto.

-Niñas ¿sabéis qué hora es?- dijo de lo más normal mi madre.

-Sí, son las... ¡OCHO MENOS CINCO! ¡¿PERO QUE?!- grité mientras veía la hora en mi móvil, observe como Sidney habría sus ojos y me cogía rápidamente del brazo para arrastrarme hasta la puerta principal mientras maldecía en el trayecto. Menos mal que tenía la mochila al hombro porque como la hubiera tenido en mi habitación mi amiga no me hubiera dejado ni mencionarlo.

Corrimos como alma que lleva el diablo hasta el instituto que por suerte no estaba muy lejos de nuestras casas, ya que nuestros hogares estaban uno enfrente de otro y llegamos justo cuando la campana terminó de sonar. No es que fuésemos a hacer mucho hoy, pero a primera teníamos con el Señor Dursley, el maestro mas amargado y exigente de la escuela, el cual impartía la clase donde no podías llegar ni un minuto tarde si no querías una falta e ir al aula de los castigados. Seguimos corriendo hasta el aula de física y química ignorando las miradas que nos echaban las personas que empujábamos por el camino y llegamos en tiempo record a nuestro sitio. Justo cuando nos dejamos caer pesadamente en nuestros asientos vislumbre al profesor entrar por la puerta y dirigirse con paso firme a su escritorio. Al terminar de sentarse dirigió su horrenda cara de Golum hacia nosotras ya que lo único que sonaba en la habitación eran nuestros jadeos ocasionados por correr. La verdad es que noéramos muy dadas al deporte.

- ¿Les pasa algo señoritas?- dijo con su tono despectivo de siempre escupiendo en el proceso, ugh que asco.

-No, no nos pasa nada, solo que tuvimos que correr como unas profesionales de atletismo solo para llegar a tiempo a su estúpida clase- pensé pero sabía que no era muy conveniente decirlo, así que solo contestamos ambas un seco "no" e intentamos relajar nuestra respiraciones.

A la hora del almuerzo comí sola ya que Sidney dijo que debía hablar con el tutor sobre las prácticas de verano y como comprenderéis prefería la comida a tener que aguantar una larga charla sobre las actividades que podíamos realizar durante las vacaciones. El próximo curso debíamos entregar un informe sobre ellas para añadirlas en nuestros fichas escolares y así tener más puntos para la Universidad. Yo también debía elegir una pero ¿para qué vamos a ir las dos, si con que una vaya a enterarse y a apuntarnos en una de las práctica es suficiente? De todas formas íbamos a elegir la misma y confio en que mi amiga sepa escoger bien. Y eso fue lo peor que pude hacer, confiar en mi querida amiga para que eligiera en lo que trabajaríamos este verano.

¿De campamento?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora