CAPÍTULO 1

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Tiempo atrás...

Suena el despertador.

Oh no, otro día más de instituto, no sé cómo soportar más bullying, ni siquiera puedo contárselo a alguien como a un mejor amigo porque ni amigos tengo, ni el intendente me escucharía aunque una vez intenté hacer plática con él y solo me dijo un "quítate maldito adolescente hormonal" para después prácticamente empujarme con su hombro y seguir caminando con su cubo con cosas de limpieza. No sé qué fue lo que hice para sufrir todo esto que me pasa, solo soy una persona normal, o al menos eso creo. Tal vez me tratan así porque no me gusta fumar, beber y tener sexo desenfrenado con todas las chicas del instituto como lo hace la gente "popular y normal" simplemente no me gusta hacer esas cosas que realmente veo mal, a una mujer no se le trata así pero lo peor de todo es que ellas se ofrecen y son "fáciles" creo que hasta me da asco pensar en todo eso.

Bueno, ya no pensaré más, es hora de levantarse y prepararse para ir a ese infierno, mientras más rápido pase el día mejor, espero que hoy no me den alguna paliza sin razón.

Me di una ducha, me coloqué todo el uniforme obligatorio que consistía en pantalón azul marino, camisa blanca con un escudo en el lado izquierdo del pecho complementándolo con un saco del mismo color del pantalón, corbata roja y zapatos negros. Bajé para desayunar antes de salir camino a ese horrible lugar.

—Buenos días hijito, hice pan tostado con mermelada —dijo mamá.

—Muchas gracias mamá pero no tengo hambre «y también no tengo ganas de estar en este mundo».

—Pero tienes que desayunar bien para que no te falte energía cuando entrenes con el equipo de futbol.

Sí, mi hermosa madre creía que estaba en el equipo de futbol americano y que era de esos chicos guapos y populares, pero era todo lo contrario, era un fracaso.

¿Cómo alguien como yo podría formar parte del equipo de fut? Es algo ilógico, ni siquiera me sé defender y tengo la autoestima por los suelos. He pensado muchas veces en terminar con todo este sufrimiento rutinario, si... hablo de suicidarme pero no he tenido las agallas de hacerlo porque pienso en mi madre y mis hermanas, ellas son todo para mí, esas tres princesas que me han apoyado en todo me hacen un poco feliz la vida, sobre todo Nicola y Ruth cuando mis padres estaban en procesos de divorcio.


-sin nombre por el momento- ((ZIAM))Donde viven las historias. Descúbrelo ahora