Narra Austin
El maldito despertador comienza a sonar, me levanto y me visto. Camino al instituto me encuentro con Alex.
-AC!! -grito para captar su atención. El gira y me sonríe, cuando llego hasta él empezamos a hablar.
-Austin, tio, necesitamos que subas una cover. Esto podría darte un salto a la fama.
-No sé Alex, debo pensarlo.
-Miralo así, tanto tú como yo sabemos que te encanta cantar, y lo haces muy bien. En los demás vídeos solemos tener muchas visitas, con lo cual tampoco necesitariamos correr mucho la voz, todo se hará solo. ¡Podrías vivir de ello, chaval!
-Vale, me convenciste, lo haré.
-Sabía que no me defraudarías amigo.
Llegamos al instituto. Como siempre los pasillos estaban llenos de gente, entre la gente conseguí divisar a Rebecca. Estaba en su taquilla, sola. Parecía triste, recordé el mensaje que le mandé la noche anterior. ¡No me había acordado de mirar si me contesto! Rápido cogí mi móvil y leí su respuesta.
La verdad que no, mañana te contaré. Gracias por preocuparte, buenas noches.
Me acerqué a ella, necesitaba hablar conmigo y desahogarse, lo sabía.
-Rebecca- le toqué el hombro, ella giró, austada a mi parecer. Se relajó cuando vió que era yo y saltó a mis brazos.
-¡Austin!- ella me abrazaba muy fuerte, escuché un sollozo por su parte, la apreté más a mi. Cuando se calmó se fue separando poco a poco de mi.
-Hey, ¿qué pasa? No llores, no me gusta verte llorar.- dije mientras retiraba las lágrimas que caían por su rostro.
-¿Podemos ir a hablar a un lugar más... Privado?
Las clases comenzarían en breve, pero no me importó, ella se encontraba mal y no iba a dejarla. Además mi asistencia y mis notas eran perfectas, no importaba que faltase a una clase.
-Claro, vamos.- nos dirigimos hacía el patio trasero, nos sentamos bajo la sombra de un arból, ella apoyó su cabeza sobre mi hombro y comenzó a hablar.
-¿Recuerdas la llamada de ayer? - Asentí lentamente, ella continuó hablando.- Era mi padre, me dijo que fuese lo más rápido posible a casa y así hice. Cuando llegué me hizo sentarme y me dijo que su empresa se había ido a pique, que ahora dependiamos solo de los ahorros que tenemos. Nos vamos a quedar sin nada, Austin. ¡Sin nada!
Yo solo la abrazé, quería que sintiese que no estaba sola, que podía contar conmigo para cualquier cosa.
-Sabes que no tengo tantos recursos como tú pero si lo necesitáis podéis quedaros en casa, hay una habitación libre y ahi podría dormir tu padre y tú si quieres puedes dormir en mi habitación, yo dormiré en el salón. No creo que a mamá le importe.- empezaron a salir lágrimas de sus ojos.
-Muchas gracias enserio, me has demostrado tanto en tan poco tiempo. No eres como todos aquellos que decían ser mis amigos, supongo que ellos me querían por mi "dinero" pero tú, tú no. De verdad aprecio muchísimo todo esto, gracias por estar ahí para mi.
Pero, ¿qué podía hacer yo? No me gustaba ver a la gente mal, y menos a ella. Me imagino que su situación no debe ser fácil, y menos si se sentía sola. Ella necesitaba a alguien, y ese era yo.
-¿Qué te parece si vamos al parque de atracciones?- le dije una vez estaba más calmada.
-¿El señorito Mahone saltandose un día de clases? Wow, estoy muy sorprendida.
-Créeme, yo también.- rió, pude ver su preciosa sonrisa. Esa que no quería que nadie le quitase, y no dejaría que lo hiciesen.
