La naturaleza de tu expiación

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En tus praderas puedo olvidar
la desoladora bruma que he de merecer.
Disipas mi angustia con dulce aroma
y me dejas descansar casto en tu piel.

Eres el bálsamo de incorpóreas llagas
de frustraciones latentes en mi rostro.
No amerito el azúcar de tus flores
pero me lo entregas sin ningún costo.

La ráfaga venérea gasta mis esperanzas,
llena de nuevo los hombros de culpa.
Y ante todo ello, tus alboradas expían
mis lascivos delitos que ya se ocultan.

Has liberado aquel afectivo capullo
que brotaba extinto en otras manos.
Son motivos para no dejar de profesar
el credo de tu naturaleza que resguardo.
    

Versos de NovatoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora