Vivimos en un mundo en el que nos falta el aire. Literalmente. Respiramos basura todo el tiempo. Está lleno de sombras. No has dado ni tres pasos y ya te están obligando a arrodillarte ante alguien, contra tu propia voluntad, movido por los ideales que todos parecen defender. Un mundo donde la libertad de expresión se ha reducido a decir solo lo que te haga quedar por encima. Como si los demás controlasen lo que pensamos, incluso como si pensaran por nosotros. Donde lloramos si no conseguimos el premio, no somos conscientes de que el camino es más importante que la meta. Pasamos de la ambición a la codicia insaciable . Un mundo en el que, cada día, decenas de personas mueren asesinadas, sin razón, y no se vuelve a saber nada de ellas. Un lugar tan desigual que los tres hombres más poderoso del mundo tienen más riquezas que todos los más pobres juntos. Donde por cada copa de más, la humanidad olvida diez canciones que algún día le hicieron bailar y olvidarse de esta insensible realidad. Tan injusto que hay quien trabajando 18 horas al día en las peores condiciones que puedas imaginar, no cobra más de 13 céntimos diarios; mientras que los peces gordos ganan un par de millones a la semana, explotando personas y arrasando hectáreas de vida. Quizá alguno de los obispos más importantes de la iglesia este practicando pederastia en este preciso momento, pero tranquilo, no saldrá en las noticias, nunca se sabrá. En este mundo un político habla de La Igualdad y El Respeto como si fueran un reto personal y al llegar a su casa trata a su mujer como una esclava. Estamos convencidos de que todos somos iguales, pero no somos capaces de ofrecer asilo a gente de otros países y otras culturas que necesitan nuestra ayuda, por el simple hecho de no pertenecer a nuestro entorno. ¿Qué va a pasar si ahora los niños de 3 años prefieren una tarde de televisión antes que salir a ver a sus abuelos? ¿Si a los 11 años ya tienen decidido que los estudios no valen nada y de mayores quieren dedicarse a vivir con sus padres? Dime, ¿que va a ser de las próximas generaciones si con 16 años ya hay embarazos no deseados y muertes por sobredosis?
Esto es una crisis de identidad, solo somos copias unos de otros, es vergonzoso. Cambiamos el cariño por excesos, los sueños por dinero. Vendemos nuestras mentes. Nos controlan porque nos han acostumbrado a este mundo, nos han enseñado como tienen que ser las cosas, nos estamos creyendo que es así como deben ser. Y no tiene sentido. ¿No lo ves? Es absolutamente incoherente. Vivimos asustados y sometidos. Pero desgraciadamente, eso aún no lo sabemos.
