Prólogo

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-¿Recuerdas el día que nos conocimos? -preguntó ella casi en un susurro.

-Estabas preciosa -contestó asintiendo.

-Eso significa que no te acuerdas -replicó divertida contagiando su sonrisa al chico que estaba a su lado.

-Sería imposible para mí olvidarme -dijo él con una amplia sonrisa-. Estabas preciosa.

-Venía de una carrera benéfica, mi móvil estaba sin batería y entré en la cafetería más cercana con mi moño prácticamente deshecho, toda sudorosa y acalorada.

-Llevabas un top que dejaba ver tu vientre y unas mallas deportivas que se ajustaban a cada centímetro de tus largas y preciosas piernas haciéndote un culo que... -se interrumpió a sí mismo carraspeando un poco, pronto volvió a la compostura-, pero yo solo me fijé en tus tan dorados como la miel.

-100 puntos para el chico que sabe corregir ideas perversas del trasero de una chica citando el bonito color de sus ojos -anuncia ella riendo.

-Nunca has sido muy generosa dándome puntos -se quejó el joven.

-Yo siempre pensé que era más que generosa.

-Eso es porque no sabes lo que es estar cerca de ti -respondió casi inaudible-. Cuando te vi entrar en la cafetería estabas preciosa, pero volteé la cabeza mirando al frente sabiendo que lo último que harías sería preguntarme la hora.

-Y eso es lo que hice.

-Y eso es lo que siempre haces, lo último que pienso que harás.

-Recuerdo que estaba muy nerviosa porque no quería que me tomases por una chica rara, pero pronto miraste la hora en tu móvil y me lo dijiste sin ningún problema.

-Sin pensar, no sé ni cómo fue, lo hice muy rápido, casi asustado -describió Paul moviendo sus manos.

-Me sujetaste la mano antes de que pudiese moverme, podría haberme asustado, pero no lo hice, no me había dado tiempo si quiera cuando escucho que me dices...

-¿Podríamos volvernos a ver? -interrumpe él haciendo la pregunta que le había hecho aquel día.

-Pero... no nos conocemos -responde ella haciendo lo mismo.

-Por eso mismo -finaliza. Ambos comenzaron a reír como aquella vez.

-Recuerdo que me dijiste que quedásemos al día siguiente a las 16.15 -dice ella con los ojos cristalinos.

-Nos volvimos a ver al día siguiente, pero por la mañana. Te habías cambiado a mi instituto, ibas en mi clase.

-Aún me sorprende la coincidencia.

-¿Sigues creyendo que es coincidencia?

-Me preguntaste si seguía en pie lo de la tarde y te dije que no porque tú querías volverme a ver y ya lo habías hecho -Siguió contando divertida.

-Entonces te contesté que menos mal que podía verte de nuevo siempre de lunes a viernes.

-Entonces pensé que eras un acosador.

-Entonces a mí ya me daba igual que lo pensases.

-Ojala hubiese conocido nuestra historia y así no perder el tiempo ahora.

-Lo genial de las historias es vivirlas momento a momento, no saberlas de un tirón.

-¿No desearías que se juntase todo el tiempo que hemos estado separados y nos lo diesen ahora para estar juntos? -preguntó triste.

-Más que cualquier otra cosa -contestó en un hilo de voz.


Emily.BeautifulFireStarterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora