70 (Último)

193 14 0
                                    

-Oye, Is. ¿Por qué crees que mi hermano se está tomando los medicamentos como si fueran dulces? ¡He tenido que comprarle cuatro paquetes extras!- Is abrió sus ojos al escuchar las palabras de Ceci.

-¿A que te refieres, Ceci?- le preguntó.

-Lo que escuchaste.- se cruzó de brazos y pateó una roca del suelo.

-¡Pero él podría sufrir una sobredosis! ¿¡Por qué le seguiste comprando!?-

-Dice que las necesita.- susurró ella.- Veo que te preocupas demasiado por mi hermano.- murmuró más bajo aún para sí misma.

-Voy a verlo hoy. No esperaré más, Cecilia.- explotó la chica.

-¡No!- gritó, pero Isidora ya estaba corriendo a la casa de los hermanos. Cecilia trató de seguirla, mas Isidora era más grande y veloz.

Isidora subió las escaleras de la residencia y buscó la única habitación con la puerta cerrada. La abrió y encontró al chico agazapado en un escritorio escribiendo. La pieza estaba totalmente oscura, a excepción de la luz del escritorio. A un costado de Marco, había una montaña de papeles arrugados y pastilleros vacíos. Él se percató de la prescencia de la chica y se paró para proteger la montaña de basura de la vista curiosa de Is.

-Vete.- su voz era más ronca que de costumbre por el reciente poco uso de ella.

-No. Ye me cansé que me nieguen poder venir aquí, Marco.- le reprendió firme la chica.

-Vete. Por favor.- el chico le miraba suplicante. Él no podía permitir que lo descubriera, al menos no así.

Isidora lo apartó y se agachó para ver los papeles. Agarró uno y se dispuso a leerlo.

-¡No!- gritó Marco abalanzandose encima de Is, pero ella se apartó antes.

Y comenzó a leerla en voz alta. Se sorprendió a sí misma leyendo una de esas cartas que tanta emoción le causaba, pero está era inédita.

-"Hey, Isidora. No sé que decirte ahora. Soy pésimo con las mentiras y no podré mantener esta más. Yo no soy lo que esperas. Yo sé quién eres, pero tú no sabes quién soy yo. Yo soy el que se depremió por tu culpa. Yo soy el que te ayudo cuando te abandonaron. Yo soy Marco. Y esto no es una farsa. Tu fantasma vivo ya no invisible y con nombre."- Isidora miró a Marco, él cual estaba escondido entre sus manos en el suelo.

Ella no podía creerlo. La misma letra, papel, pero con el chico ahí mismo. Ella estaba en la guarida de su fantasma.

-¿Marco?- le preguntó.

-Hey, Isidora.- susurró avergonzado.

Isidora le sonrió con ternura y le abrazó.

N/A:

El momento esperado llegó. Ahora falta el epílogo uno y dos :)

iMeeels ~fuera.

Hey, Isidora.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora