Parte 1:
"El funeral"
-Cariño- sonaba la dulce voz de mamá llamándome para que despierte desde fuera de mi cuarto.
-Ya estoy despierto mamá- avisé mientras me lavaba los dientes.
Al terminar de cepillar mis dientes. Sentí el día frío, por lo que me coloqué mi capucha negra. No me preocupé por mi cabello, coloqué mi mochila al hombro ya listo para irme
Caminaba silenciosamente para no llamar la atención de mamá. Okay voy bien
-Joan, cielo te ves guapo el día de hoy- sonrió dulce y luego besó mi frente- ven a desayunar
Mierda
Me senté en la mesa pero al ver que en esta no había nada, me levanté buscando un plato
Al encontrarlo, fuí a la cocina y estaba preparado para comenzar a cocinar
-Yo te cocino cielo, tu tranquilo- dijo mamá tomando un huevo de la nevera
-Claro que no, mamá, tu no eres sirvienta de nadie para que tengas que cocinarme mientras yo sólo espero ahí sentadote- negué
-Cariño- me miró tierna- amo que seas así de considerado, pero yo lo haré, no me importa lo que digas, yo soy tu madre y me tienes que obedecer
-Vale- dije rendido
-Esa fue un buen día, jamás olvidaré los dulces besos de mamá, sus abrazos, nuestras conversaciones y hasta nuestras peleas. Ella fue una mujer espléndida, maravillosa y por supuesto hermosa. Su cabello color fuego largo y lacio, sus ojos de un color muy parecido al morado, nunca entendí eso. Su piel era de un blanco no muy exagerado, su perfume lo tengo aún en mi memoria. Su partida ha dejado un gran vacío en mí, he de imaginar que a ustedes también. Siempre la extrañaré. Sólo quiero que sepa que la amo y lamento no haberla defendido.
Ese era mi discurso en este funeral, había tanto que quería decir pero lo prefiero decir a solas, no con todos viéndome. Una lágrima recorrió mi mejilla al ver el ataúd
Saber que no la volveré a ver, que no sentiré su calor, lo suave de su piel. Que su cuerpo sin vida está ahí adentro. Tengo miedo... Miedo de olvidar su voz, de olvidar sus abrazos, de olvidar lo que hablábamos. No poder recordarla, olvidar hasta cuál era su lugar en el cementerio. También por que ya no sé que hacer, estoy solo, no puedo quedarme aquí sin mamá, ella debería estar aquí para mí y yo para ella, no puedo seguir adelante sin sus abrazos, besos, carisias, sin sus regaños, soy sólo un niño; no puedo quedarme en este mundo sin mamá, aún no estaba listo. Aunque nunca se está listo para la partida de seres amados o, en mi caso, de la única persona a la que he amado y me ha amado
-Eres un niño fuerte Joan- me decía una voz de niña que no le prestaba atención sólo veía un punto fijo en algún lugar del obscuro cielo
Comenzaron a llevarse el ataúd, preparados para aterrar a la única persona que amo en este mundo. Mi madre, esa que me apoyaba en todo, me ayudaba, estaba ahí cuando la gente sólo me molestaba
Intentaba mantenerme tranquilo, sereno y cuerdo. Pero fracasé al ver que bajaban el ataúd para comenzar a enterrarlo. Comencé a llorar, caí de rodillas gritando
-¿¡Por qué!?- grité con todas mi fuerzas- ¡No te puedes ir! ¡No me dejes sólo! ¡No puedo! ¡No puedo sin tu ayuda! ¡Vuelve! ¡Mamá! ¡No mueras! ¡No me dejes! ¡Te amo!- lloraba descontrolada mente
Me arrastraba hacia el lugar donde la intentaban enterrar. Dos personas me tomaron de los brazos alejándome de ahí
-¡No! ¡Esperen! ¡Quiero a mi mamá! ¡Quiero a mi mamita! ¡No me lleven! ¡Mamá!- dí un grito desgarrador antes de que me inyectaran un calmante
No escuchaba nada más, estaba en el suelo, no me podía mover, no podía gritar, llorar. Sólo veía como terminaban de bajar su ataúd
-¿Por que me abandonas?- dije en un susurro casi inaudible antes de que todo se tornara obscuro y comenzara a llover
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Un Suicida Psicópata
Ngẫu nhiênMi nombre es Joan Hyde Mi vida es una jodida mierda desde que tengo memoria. Mis padres no fueron los mejores y a padres me refiero a mi padre Max, que mató a mi madre, Lisa, frente de mí. Tampoco tengo amigos ya que ¿Quien quisiera estar con el mal...