Realmente no sé por qué regresaste.
Siempre caigo en tus juegos.
¿A caso no te das cuenta que yo también tengo corazón?
Me gusta hablar de ti, siempre, desde aquel dos mil trece.
Tal vez no te conocí primero que ella, no hemos tenido algo, pero créeme que el cariño que te tengo es mucho más que todo lo que ha hecho ella.
La buscas por sexo, yo te busco por amor. ¿Quién es el tonto aquí? ¿Tú o yo?
Vamos, mi amor, no me dejes. No me dejes ir.
Otra vez.