Vamos trece, me fascinas.
Me dices lo mismo, me llenas con tus lindas palabras.
Estoy mal por ti, estoy destrozada porque ya sé que no soy la única otra vez. Otra vez caigo en tus juego, día a día lo hago.
Y es que no me cansaría de elegirte nunca.
Nunca.
Pero...
Ya no sigas destrozándome.