Los personajes pertenecen a Stephenie Meyer, la historia es mía.
Prólogo.
La multitud de niños se agolpa en los puntos más altos de los juegos. Es un fin de semana soleado y en el aire se percibe un aroma a felicidad -si es que esta se puede oler-, que llena los pulmones y renueva los ánimos.
Nadie se percata de la chica solitaria que balancea sus pies sentada sobre la banca. No se percatan de ella ni siquiera cuando es evidente que el vestido que lleva es demasiado pequeño para ella y que su rostro no denota la alegría que es casi contagiosa para todos.Un grupo de niñas se acerca para invitarla a jugar, pero, cuando ven su rostro, se dan cuenta que ella ya no es una pequeña.
-¿Por qué estás vestida así? -pregunta una de ellas-. Si tu ya eres niña grande.
Ella deja salir una risita in crescendo que se vuelve esquizofrénica.
-A los lobos malos les gusta que te vistas así.
-Pero aquí no hay lobos.
-Claro que sí. Míralos, están en todas partes, fingiendo ser buenos padres y esposos.
-Ésos son hombres. Hablas muy extraño... Das miedo.
El grupo de niñas la mira con cautela.
-¿T-t-tú conociste a un lobo malo? -pregunta entonces la más joven de ellas.
-Sí -responde con mirada oscurecida por la rabia-. Pero ya no existe... ¿Recuerdan el cuento de Caperucita Roja?
Ella recibe un «sí» a coro.
-Bueno, pues es lo que hice -continúa-. Le abrí el estómago al lobo malo, lo llené de piedras y lo puse en el río.
-¿P-p-por qué hiciste eso? ¡Eres mala! -exclama la pequeña. Desde su inocencia, ella no entiende la maldad del mundo.
-No lo sé con certeza -la joven recarga la barbilla en su mano-. Yo lo amaba... Lo amo... Aún puedo volver.
OoO
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POPSY © (+18)
FanfictionCaperucita Roja abrió al lobo, lo llenó de piedras y lo dejó ahogarse en el río... Yo hice lo mismo.