Cerca del cielo

El momento en que todo cambio

Heaven

Dos meses pasaron desde que llegue al ático. Dos meses en los que mis días consistían en leer, ayudar a nana con los quehaceres de la casa aunque ella se quejara de que no necesitaba ayuda e ir a el grupo de autoayuda mis clases de autodefensa . Mi brazo y mis costillas se habian recuperado bien por el descanso que habia hecho y ya no dolian.

 Me cruzaba tan poco con Logan que creí que me estaba evitando deliberadamente. Siempre me trataba con cortesía y se preocupaba de que estuviera bien y no me faltara nada pero se mantenía distante y alejado. Incluso se quejo de que no había gastado nada con la tarjeta que me dio pero sinceramente no necesitaba nada. Al menos nada qué pudiera comprar con dinero. La segunda semana en la tarde María me había arrastrado prácticamente a una boutique e hizo que me comprara ropa. No entendía para que necesitaba tanto pero compramos un guardarropa completo desde ropa interior hasta vestidos de noche que no tenía idea cuando usaría. Pero me sentía mal gastando dinero de Logan cuando no sabía si podría devolvérselo algún día. Sin embargo nana me decía que era dinero bien invertido. Que tenía una vida a la que volver y debía enfrentarla con todas las armas, eso significaba también ropa decente como la llamaba ella.

En esos días había venido el jefe de policía. Me dijeron no habían podido encontrar a Robert al parecer se había fugado del país después de haberme mandado al hospital. Me alegre en parte por eso pero también me preocupaba que volviera a buscarme en algún momento. Pero estaría preparada. Esta vez no podría tocarme si llevarse al menos una nariz rota. Había empezado unas clases de defensa personal con un profesor que me recomendó una de las chicas del grupo de soporte a mujeres maltratadas al que había comenzado a ir por recomendación del doctor Anderson. Me ayudo a entender que no estaba sola en este dolor de haber sido maltratada, que había muchas mujeres en mi situación y que era posible salir adelante con fuerza y la cabeza en alto. Las clases de autodefensa me habían vuelto fuerte y ágil. Me sentía bien y tome la fuerza para hablar con Logan esa misma noche.

En esas semanas lo había visto salir infinidad de veces y muchas mañanas me encontraba con fotografías de el del brazo con alguna modelo o actriz de moda, todas bonitas, todas perfectas... y se me partía el corazón al imaginar que nunca lo tendría para mi que yo nunca sería la de las fotos a su lado o en su cama.

Me quede despierta hasta tarde tratando de concentrarme en un libro pero solo podía pensar en la forma en la que le diría a Logan que creía que ya estaba bien y debía volver a mi vida.

Eran las once de la noche cuando el llego... y estaba algo ebrio... No entendía porque nunca y  lo había visto de esa manera. Me miro un momento y dejo su chaqueta sobre el sofá. Luego sin decirme nada se fue directo a su cuarto. Sé que no era el momento pero necesitaba saber si había pasado algo. Escuche que abría la ducha parada en la puerta de su cuarto y me senté en la cama a esperarlo. Un momento después salió y la boca se me seco literalmente.

Llevaba solo una toalla enredada a su cintura, sus músculos relucían por las gotas de agua que resbalaban por el abdomen llegando a su ombligo, donde un rastro sexy de bello se perdía en la toalla. Sus malditos oblicuos estaban tan marcados que podría venirme de solo pasar la lengua por ellos. Me miro entrecerrando sus ojos y mordiéndose el labio

_ ¿Heaven qué haces aquí?_ pregunto al parecer el baño le había pasado la borrachera

_ necesito que hablemos Logan..._ dije tomando coraje

_ no es momento..._ empezó a decir pero lo pare

_ hace dos meses que estoy aquí y ya estoy recuperada, quiero volver a trabajar y necesito un lugar propio no puedo seguir dependiendo de ti, Robert no está en el radar y siento que te estoy molestando_