Episodio 2

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Al llegar a casa lo primero que hice fue tirarme al sofá como una vil objeto que cae al suelo, el trabajo fue agotador ya que después que terminaran los primeros papeles me enviaron más, más y... más.

Sin lugar a duda para ser la que corrige la mala ortografía en las citas que usaran para las próximas revistas si es un trabajo que acaba con tu alma en cuestión de horas. Que gran trabajo me conseguiste papá, no sé cómo en especializarme en diseño gráfico pase a revisar la mala ortografía de los trabajadores. Aunque no me quejo de todo, al fin y al cabo pude conocer a mi dios griego.

"Harry Smith"

Ese nombre no dejaba de repetirse en mi cabeza, con solo de visualizar su magnífica sonrisa hace que sin querer yo también sonría como vil estúpida que soy. Quisiera habérmelo encontrado en otra escena que no fue tan ridícula pero lamentablemente la vida quería verme sufrir.

-¡¿HAY PORQUE?! – cada vez que pienso en la forma en que lo conocí quiero que mil elefantes pasen encima de mí y luego un tren, tapo con un cojín mi cara que sin haberla visto les asegura que debe de estar más roja que la nueva peluca de mi tía Helen, doy vueltas por todo el sofá o bueno por el suelo ya que en mi primer intento por voltearme termine tirada en la madera que se encontraba más fría que nada.

El insoportable pitido del timbre hizo que dejara de rodar y quedara totalmente estirada en el suelo, minutos después me levante para poder ver quien interrumpía mi desdicha, al abrir la puerta me encontré con una cabellera rubia y unos ojos azules zafiro.

-Pensé que no estabas mujer – entro y corrió directamente a la sala.

-Claro pasa- dije con sarcasmo y cerré la puerta, fui directamente hacia mi amiga de cabellera rubia que en esos momentos se encontraba mordiéndose sus uñas recién hechas por un salón de belleza.

-Gracias- su vista estaba perdida- necesito tu ayuda Kam, estoy en problemas- volteo a verme y en el instante en que lo hizo vi como sus ojos se cristalizaron, rápidamente la envolví en mis brazos apoyo su cabeza en mi hombro, escuche como un leve sollozo salía por su boca- no sé qué demonios pasa, simplemente me duermo sin siquiera darme cuenta- movía mi mano por su espalda en forma de que supiera que estaba ahí

-Lo se Mel, pero es normal – trate de tranquilizarla

-¡¿Es normal?!- se levantó como un resorte del sofá- ¡¡¡no es normal quedarte dormida por más de dos semana completas sin despertar Kamerin, no es normal que pase cada tres o cinco meses, NO ES NORMAL ¡!!!- su tono de voz se elevó cuando termino la última frase, no sabía que hacer justo en ese instante, me duele verla así, tan destrozada, tan... perdida.

-Lo siento Mel, yo no tampoco sé que pasa- bajo la mira hacia mi regazo

-Mamá me ha llevado a muchos doctores y...- ríe sin gracias – ninguno de los estúpidos saben que pasa, unos dicen que es normal- niega con la cabeza- como va hacer normal, que no entienden que si sigo así ni siquiera podre conseguir algún trabajo, no podre casarme algún día... - la última frase quedo al aire y rompió en llanto – que are Kamerin, no se... que pasa – se sorbió su nariz- es difícil dormirte y despertar en otro día en otra estación, para mí el tiempo se detiene, es como si estuviera en una constate máquina del tiempo que cuando despierto todo cambia- se sentó en el sillón recargo sus manos en sus rodillas, paso ambas manos en su pelo que en esos momentos se encontraba para todos lados.

-No hables así Mel- sonreí con tristeza- claro que encontraras a alguien que te amé – mis mejillas estaban más húmedas a mas no poder- encontraras un trabajo, te casaras y tendrás muchos hijos, solo... solo hay que encontrar que es lo que pasa, te juro que no descansare hasta descubrirlo.

-¿Me lo prometes?- me miro con aquellos ojos mar que tanto amo

-Te lo prometo, Mel- me abrazo tan fuerte que sentí como mi cuerpo exigía aire- imagínate que cuando esté trabajando me quede dormida en el escritorio – rio, se apartó de mí, limpio con las mangas de su suéter sus mejillas.

-Peor aún, que el día de tu boda al momento de partir el pastel te quedes dormida y te caigas con todo y el pastel- ambas reímos a más no poder.

-No – rió- que me quede dormida mientras estoy en el baño- se agarró la pansa con ambas manos- gracias Kamerin- me abrazo- te quiero

-Yo igual- le correspondí el abrazo.

-Bueno me tengo que ir a casa antes de que caiga en estado de coma – rió, sabía que le causaba dolor pero que está tratando de ocultarlo.

-Sí, yo también tengo que dormir, mañana tengo que llegar temprano al trabajo- suspire

- E no te quejes – me riño, mientras salía por la puerta- sabes dormir es de principiantes, caer en coma es de expertos- mi guiño un ojo.

Solté una carcajada

(....)

Al día siguiente, al abrir la puerta de mi oficina me encontré algo o más bien alguien que revisaba las cosas que se encontraban a su alrededor

-Se le ofrece algo- dio un respingo en su lugar, solté una risilla

-O por favor háblame de tu- dijo Harry mientras se acercaba a mi

-Okey tu – rió mientras negaba con la cabeza- ¿se te ofrece algo?- pregunte por segunda vez, apoye todo mi peso en una pierna y coloque ambas manos en mis caderas.

-Sí, bueno – se rasco la nuca con nerviosismo – pensé que tal vez te interesara tomar o desayunar algo por aquí- sus ojos me miraban impacientes.

-Claro por qué no – sonrió – además tengo un hambre... - me sobe mi pansa lo que hizo que ambos soltáramos una carcajada.

-Bueno, señorita Karime- paso su brazo por mis hombros- tendrá la magnífica oportunidad de desayunar con el resistible Harry.

-Sí, claro – ironice – luego magnifica- preferirá comer sola

- Hey – golpeo suavemente mi brazo lo que causo que riera – vamos de una vez.

Cuando salimos de la oficina todos, absolutamente todos nos miraron.

-Pero mira aquí- se escuchó una voz masculina atrás de nosotros lo que hizo que ambos nos detuviéramos y volteáramos a ver- hermano- y no era ni más ni menos que Brian Smith.

Se saludaron como típicos hombres. Brian no había parado a en observarme pero cuando lo hizo se acercó seductoramente hacia mi haciendo que me encogiera en mi lugar

-Hola hermosa- agarro delicadamente mi mano y deposito un beso en ella- soy Brian Smith, para servirte en lo que quieras – me tendió su tarjeta típico de un empresario- llámame, por ahora no tengo ningún compromiso.

-Vamos Karime – Harry me jalo, alejándome de su atractivo hermano- no sé qué le pasa- gruño.

-¡Adiós hermano!- oímos desde el estacionamiento la voz de Brian.

-Que le pasa – su ceño se frunció – que no se puede comportar- prendió el auto – apenas te vio y... si será imbécil.

-E no pasa nada – dije- fue gracioso. – reí y vi como sus facciones se relajaban.

Rio y volteo a verme, en aquella mirada juguetona pude observar algo que no puedo explicar en ese preciso instante.

Espero y le haiga gustado, no se olviden de poner su comentario :)

Gracias por todo

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Atte:Brenda 

El último suspiroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora