Entrelazando Caminos.

capitulo 2.

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—perdoname, perdoname, perdoname. Nunca imaginé que él estaría ahí... Bueno, supongo que si debería estar ahí por formar parte del grupo de los populares. Pero aún así por favor no te molestes conmigo —dijo Jenna, suplicante. No la veía, pero podía jurar que sus ojos estaban llenos de culpa.

Solté un suspiro casi imperceptible, tratando que parte de mi dolor se fuera con el aire expulsado. Me di la vuelta en la cama y me quite las sabanas de encima. Miré a Jenna sentada a mi lado, con su rostro lleno de preocupación. Forcé una sonrisa vacía tratando de calmarla.

No era culpa de ella lo que me sucedía. Si alguien tenía que sentirse culpable, era yo. Después de todo fui yo la que aceptó ir a esa fiesta. Me arrepentía una mil veces de no comportarme como la chica responsable que suelo ser y quedarme en la tranquilidad de mi casa a estudiar mi asignatura pendiente.

Cuando sentía que me iba a desmoronar delante de él, me volví y atravesé nuevamente la marea de cuerpos en la pista. Busqué a jenna, y a pesar que sostenía una animada conversación con joe, no me importó. Solo me interesaba salir y alejarme de él.

En mi casa le pedí que se quedara conmigo. Mama trabajaba el turno de la noche en el hospital, por lo tanto me quedaría sola. Accedió rápidamente a mi suplica, y paso conmigo toda la noche.

En vela, llore silenciosamente tratando de no despertar a jenna. Todavía podía recordar a la pelirroja sentándose sobre él, y lo que más me dolía, era que él no la apartara, sino que la abrazó.

El amanecer había llegado y mis párpados se sentían pesados.Hoy era mi prueba de oratoria y no había practicado nada. Sin duda reprobaría, y lo que no quería vendría; el tutor.

—esta bien, no te preocupes. Ya me siento mejor —la tranquilice sentándome junto a ella y sonriendo aún más.

—lo lamento —bajo la cabeza, evitando mirarme —tampoco te preparaste en oratoria. Por mi culpa la reprobarás...

—hey, si sigues diciendo que es tu culpa me molestaré contigo —le advertí posando mi mano sobrea la suya.

Alzó la cabeza y me miró esbozando una sonrisa —no entiendo como es que eres una de las mejores en todas las materias menos oratoria.

Me encoji de hombros, dándole a entender lo que era obvio —sabes que mi timidez no me permite expresarme como realmente quisiera, me da miedo decir lo que quiero y que los demás se rían de mi... — bajé la cabeza perdiendo el rumbo de las palabras.

—oh, vamos. No te desanimes. No soy una superdotada pero creo que tengo lo necesario para enseñarte algunas cosas y no te vaya tan mal en el examen —mi cara se iluminó ante su propuesta y la mire agradecida —Aún falta una hora para el instituto, así que comencemos

Más tarde en el instituto, evite a toda costa los lugares que frecuentaba jayden, aunque iba ser muy difícil no toparmelo por el pasillo. Nunca había dicho esto pero, daba gracias al cielo de que no compartía ninguna clase con él. Aliviada me dirigí a mi primera clase; oratoria. Jenna me había instruido un poco, pero lo necesario para tener en cuenta lo que debería hacer.

Una vez en el salón, el profesor hotwars repartió diferentes escritos, diciendo que en veinte minutos ya tendriamos que tener un pequeño discurso y exponerlo ante los demás.