[Infinity]

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"-Jack, ¿cuánto me amas?
-Intenta contar las estrellas.
-No puedo, son infinitas.
-Así te amo, infinitamente."

Camino lentamente sobre las calles de Londres, con mis manos depositadas en las bolsas de mi sudadera azul. Está lloviendo, y no me apresuro por caminar más rápido hacia mi casa, la verdad me da igual si me mojo o no, si me enfermo o no, en estos momentos tengo la cabeza en otro lado. Y, aparte, el clima refleja como me siento.

Nunca creí en esas cosas del amor, y jamás creí llegar a enamorarme, eso era más para Hiccup, pero no para mí. No quiero decir que era mujeriego o algo por el estilo, simple y sencillamente no tenía a nadie en especial... hasta que llegó ella, mi querida Rapunzel Corona. La chica más hermosa que he visto en el mundo entero, con sus hermosos ojos verdes, su largo cabello rubio, sus pequeñas pecas al rededor de su pequeña y perfecta nariz; era la chica perfecta. La joya más hermosa, una linda flor dorada.

"-... y me dijo que si!- Hiccup parloteaba de quién sabe qué cosa, la verdad había perdido interés de su platica cuando vi pasar a una chica con largos cabellos rubios, la miraba atentamente, intentaba recordarla pero por más que trataba no podía, y llegué a la conclusión de que era nueva.
-¿Quién es ella?- le pregunté a Hiccup sin apartar la mirada de la bella chica. Hiccup miró hacia la dirección donde yo estaba mirando y no dijo nada.
-No lo sé, nunca la había visto.
-Entonces es nueva.
-Creo que es nueva- dijo Hiccup y lo volteé a ver con una expresión aburrida, pues eso era justamente lo que acaba de decir. Hiccup me miró y levantó las manos en forma de inocencia."

"Rondaba por los pasillos de la universidad, no tenía ganas de entrar a clases y Hiccup no quiso saltarse algunas clases, lo cual fue mejor porque me encontré con la señorita de cabellos dorados. La verdad, me había pasado maldiciendo a Hiccup por no quererse saltarse las clases por todo el campus, hasta que la vi a ella y comencé a agradecerle mentalmente por no hacerlo.
Me acerqué a ella, al parecer estaba perdida, digo ¿y quién no? este edificio es bastante grande, y es fácil perderte.
-Hola- salude por atrás, recordándome en los casilleros, haciendo que la chica soltara un pequeño grito de susto y dejando caer sus cosas que llevaba en los brazos. Me agaché para recoger sus cosas que por culpa mía habían caído- Lo siento, no era mi intensión asustarte- le dije al levantarme con sus cosas, se las entregué- Soy Jack, Jack Frost.
-Gracias, am- se pasó un mechón de cabello detrás de la oreja- Soy Rapunzel Corona.
Sonreí, era un bonito nombre para una linda chica."

Pero creo, que solo fue una historia más, donde solo actúe como idiota, porque, de todas las personas en quien confíe y creí que algún día me traicionaran, ella, era la única quién no estaba en esa lista.

Me tenía cegado, y ahora comprendo cuando las personas dicen que están cegados por amor.

No quiero decir que el amor sea malo ni mucho menos, si no que el amor es un miedo precioso, peligroso pero hermoso. Y eso era justamente lo que Rapunzel Corona era, una persona peligrosa pero hermosa. Una bella rosa, con enormes espinas.

"-¿Jack?- Rapunzel había llamado a las dos de la mañana, en domingo para amanecer lunes.
-¿Punz?- contesté somnoliento, la verdad es que no estaba acostumbrado a recibir llamadas a tan altas horas de la madrugada, y menos justo cuando estoy soñando en derrotar a la raza zombie que se expande por todo el mundo- ¿Qué pasa, cariño?
-Y-yo... es que... tuve una pesadilla- su voz comenzó a agudarse, significado que estaba a punto de llorar.
-Shh, no llores mi querida flor dorada, voy para allá, Jack no va a dejar que ratas gigantes te devoren.
Me vestí lo más rápido que pude y salí por la ventana de mi cuarto y me dirigí a casa de mi preciosa flor. Al estar en frente de su casa, lancé una pequeña piedra para que Rapunzel abriera su ventana. Al hacerlo comencé a hablar.
-Oh, Rapunzel, Rapunzel, deja caer tu cabello- dije en voz baja para que nadie pudiera oírme a excepción de ella. Ella rió por mi dramatismo y me tiro unas sábanas para poder subir hasta su cuarto. Era algo que nos gustaba hacer, me hacía ver el príncipe azul de sus sueños.
Esa noche me quedé cuidándola Roda la noche, para así aullentar a las pesadillas. No dormí hasta la seis de la mañana, asegurándome que mi pequeña flor estaba bien."

Pero que tonto me había portado, pero en esos momentos tenía que cuidarla y protegerla aunque sea por algo sin importancia.

Oh querida, ¿que fue lo que hice mal? Quisiera saber cuál fue mi error para recibir tal trato de tu parte. ¿Qué acaso no te lo di todo? ¿No te demostré que mi amor por ti era real?

"Iba a casa de mi querida flor dorada, con un enorme oso de peluche blanco, quien en sus manos si tenía un corazón que decía >>Cada latido de mi corazón de pertenece<< y unos chocolates Ferrero, sus favoritos. Hoy era su cumpleaños y quería entregarle algo de lo que no se olvidará jamás, quería ser el novio más romántico y detallista del mundo, incluso más detallista y romántico que Hiccup.
Para mi desgracia, me encontré con una escena que hubiera querido que jamás pasara.
Era Rapunzel, mi Rapunzel besándose con Flynn Rider, y no era un beso incomodo o algo así, era lleno de pasión y ternura, justo como lo hacía conmigo.
No dije nada, no podía decir nada, estaba en shock. Los chocolates se me resbalaron de las manos, llamando la atención de los dos. Rapunzel me miró con los ojos abiertos, Rider solo sonreía.
-¡No es lo que parece! ¡P-puedo explicarlo!- Rapunzel se acercó a mí rápidamente.
-No tienes nada que explicar... lamento interrumpirlos... solo venía a darte tu regalo de cumpleaños.
Salí furioso de sus casa, no tenía ganas de hablar con ella, me había engañado y no con cualquiera, con Flynn Rider, mi enemigo de casi toda mi vida. Esto era algo que no podía pasar por alto.
-¡Jack!- Rapunzel gritaba, yo solo apresuraba mi paso- ¡Escúchame!- logró alcanzarme.
Me giré bruscamente, enfrentándola cara a cara.
-De todas las personas... tú eras la única que pensé que no me traicionarías- dije frío, ella comenzó a llorar y esa vez no sentí nada por sus lágrimas.
-Y-yo lo siento.
-¿Lo sientes?- dije incrédulo- ¡Lo sientes! ¡No sientes nada Rapunzel! No solo me engañaste, ¡me engañaste con Rider!
-Puedo...
-¡No no puedes! ¿Que no te demostré que te amaba? ¿Que no hice mil veces él ridículo para complacer tus caprichos?
-¡Lo lamento!- me gritó- No se lo que pasó, solo... paso.
Solté una risa arrogante.
-El no te conoce como yo te conozco.
El silencio reinó sobre nosotros.
-Jack yo...
-Esto se acabó- esas palabras me dolieron más a mí que a ella- espero que Rider se preocupe todas las noches por ti. Espero que seas realmente feliz con el, que él de verdad te haga feliz."

Solté un grito de ira y frustración hacia la nada. Me doy cuenta que estoy en frente de la casa de mi querida flor, fui hasta su ventana, y arrojé una piedra, para que supiera que era yo, y me escuchara.

Al ver que no salía arrojé otra piedra y grité, descargué todo lo que quería decirle.

-¿Cuánto tiempo te llevaría contar las estrellas? Ese es el tiempo que tomaría reparar mi corazón. Siempre estuve ahí para ti, yo solo quería la verdad. ¿Cuántas veces deseaste que alguien se quedará despierto, solo para saber si estás bien? Yo jamás he contado las mías, porque se que si lo hago sería infinitas.

FIN.

Jackunzel: InfinityDonde viven las historias. Descúbrelo ahora