— ¿Seguro que me funcionará? —pregunté a Seokjin, mi mejor amigo.
— Que sí, ella tiene que ver que estás interesado, le llamará la atención y se acercará a ti —se encogió de hombros— por algo estoy con Namjoon.
No quise escuchar más sobre su relación melosa y no respondí.
Seguí mi camino hasta la mesa que Seokjin y yo solíamos usar para comer durante el almuerzo, la cual estaba cerca de Eunjae.
Eunjae...
Volteé y la vi, estaba con las piernas cruzadas y con una falda demasiado corta para ser real.
Joder sus piernas eran perfectas, ella era perfecta.
Toqué mi cara estresado, necesitaba acercarme a ella y hacerla sentir la chica más especial del mundo porque hombre ella no sabe cuanto me importa.
Sólo necesitaba decirle lo hermosa que era y que no dejara de comer porque no lo necesitaba, que aún que ella creyera que nadie se daba cuenta de su escasa alimentación yo sí lo notaba.
"No, no tengo mucha hambre".
Hablaba con Chaejin y esta la regañaba, pero no podía escuchar del todo, la cafetería era muy ruidosa.
"Bueno ya, comeré esta manzana y listo ¿feliz?"
No, yo no estaba feliz. Debía comer todo y ella lo sabía, pero estaba obsesionada con no subir de peso.
Eunjae nunca quiso bajar ni ser más delgada, sino mantenerse, pero hace un año bajó considerablemente su peso y se podía notar.
Ella nunca fue gorda, nunca tuvo un problema con su peso y nunca pude saber el por qué comenzó con esto.
— ¡Yah! Hoseok ¿irás al juego de mañana?
— Sí, pero promete que no estarás pegado a Namjoon, por favor — junté mis manos rogando.
— Él juega, sólo lo veré en el entre tiempo y al término, luego iremos a comer pollo frito.
— ¿Será picante? —pregunté con la boca llena de arroz.
— Come como la gente normal por favor — limpió mi mejilla con una servilleta —y sí ¿irás?
Asentí mientras me paraba a comprar jugo de naranja.
Y choqué con ella...
"Lo siento ¿estás bien?"
Jesucristo me habló.
"Realmente lo siento, adiós Hoseok"
¿Ella sabía mi nombre?
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feñi