Sin salida.

Pesadilla

Mi nombre es Scheherazade S. Gabrielle y tengo 13 años, o bien quizás dentro de poco los voy a cumplir para ser exactas el 31 de octubre de este año, mis amigos me dicen Cherry pues me gustan las cerezas y mi nombre suena a una; Estoy feliz por pronto entrar a la escuela secundaria de Texas, esa llamada Garnier. Voy a hacer mi mejor esfuerzo pues quiero ser una brillante pintora o eso creí.

—Semanas más tarde. —

Una de mis mejores amigas me ha pedido que fuésemos a la misma escuela después de graduarnos, ella siempre resaltaba por tener un cabello rojizo y ojos verdes, esos grandes ojos los ocultaba siempre unos lentes con mucho aumento, cada vez que yo me los ponía me mareaba y el sentimiento era muy gracioso pues ella no podía ver y yo tampoco era como tratar de abrir los ojos en el agua o al menos así lo describo.

Soy hija única así que mis padres trabajan la mayor parte del tiempo, por lo regular es difícil para mí vivir prácticamente sola y me da miedo pues la casa es grande, como toda casa grande emite sonidos extraños pero trato de pensar que son los ratones o mi gato llamado Bills, por suerte es un gato que me acompaña la mayor parte del tiempo y no me siento sola.

Esa noche Bills se comportaba raro, el gato veía por la ventana como si estuviera cazando algo pero lo más extraño es que era de noche, no pude evitar acercarme a la ventana para ver que sucedía y al estar muy oscuro no podía distinguir la gran cosa. Me distraje levemente luego de escuchar un golpe en la ventana era mi padre, casi pegaba un salto al no sentir que era víctima de una jugada cruel. -¡Papá eres un malvado, casi me mandas al hospital! - Dije pegando en el pecho del joven mayor mientras reía sin parar.

—Esa conciencia, así la debes de tener por ver tantas cosas de terror; por cierto...—Estaba muy roja de lo molesta y apenada pero no demore mucho tiempo pues había sacado un paquete de dulces de maíz, mis ojos se iluminaron saltando en puntas rogando que me los diera de una vez. —¡Quiero, quiero! — Sin duda papá sabía hacer que me alegrara, es un hombre muy detallista y muy dedicado a la familia.

—No jovencita hasta que terminemos de comer, bueno tampoco es muy sano que comas ahora dulces o no puedes dormir. — Dejé salir un sonido como de "buuh, injusto." Luego de que llegase mamá al parecer afuera estaba ya comenzando la época otoñal pues se quitaba un saco de manga larga.

—Bienvenida, por cierto el tramposo eres tú, hoy es viernes y yo me puedo desvelar. —Solo hizo una pose muy dramática al pegarse en la frente, mamá observaba y reía por aquellas poses de actor frustrado. —¡oh es verdad!, que voy a hacer contigo eres muy inteligente, eres como el detective Holmes. — Era claro que había exagerado no era muy inteligente para ello.

—Traje algo de pollo frito para cenar, quizás luego arreglen sus diferencias de que comer y que no hacer en casa al pasar las 10pm. — Brinque de felicidad yendo a poner la mesa, estaba muy entusiasmado de comer en familia ya que casi siempre llevaban trabajo a casa y cada quien comía a distintas horas.

—Me gustaría tener su alegría y su energía vengo muerta. — Mamá también era una adulta joven, solo que ella era más de ser adicta al trabajo, se podía decir que trabaja de 7 am hasta las 8 y por ello no la veo en todo el día, tampoco trato de molestarla por redes sociales pues tarda mucho en contestar.

—Vaya cosas, necesitas una mano ya que te truenan mucho las articulaciones, mamá se está volviendo vieja, necesito buscar la fuente de la eterna juventud. — Papá le encantaba hacer el drama y mamá bueno suspiraba por las tonterías, regularmente mencionaba que tenía 2 niños en casa ya que papá ayudaba poco en las labores del hogar.

—Ya está la mesa, vamos a sentarnos. — Dije para que se apuraran y no se quedaran platicando o viendo la tv, al final de unas horas comimos en familia pero no sin escuchar una pequeña noticia que me haría relativamente feliz. —Cherry; ¿estas segura que quieres estudiar en esa escuela? -Era extraño que mamá preguntase eso por lo cual no pensé en la respuesta. —Sí, a esa escuela entrara Claudia y tú también fuiste a esa escuela. — La observaba pues estaba muy seria que me asustaba.

—Pero no porque Claudia va ir a esa escuela tu iras. —Quise reprochar de un momento a otro, luego de escuchar un sonido de burla de mi padre. —Puedes ir a St Tail, esta cercas de mi trabajo y puedes usar la Tablet para terminar tus tareas, sirve que papá no se vaya a celar si sales con chicos. — Para pronto aquella sonrisa de mi padre hizo una mueca como riendo de medio lado, era muy llevado pero no se aguantaba.

—Pero...Yo prometí que iría, no es justo. — Casi estaba lloriqueando hasta que mamá saco una carta, esa carta era la invitación a inscribirme dentro de los siguientes meses, no pude evitar llorar de felicidad cuando la tuve en mis manos. —Pensé que no había aprobado, ese día tenía mucha gastritis, muchas gracias mamá voy a ser mi mejor esfuerzo. —

Mis padres eran muy estrictos para que yo estudiara bien, así que estar en aquella escuela con mi mejor amiga iba a ser lo más genial, ya estaba que quería saber cómo era el ambiente maduro de aquel lugar, solo la veía por fuera sabiendo que se veía muy glamorosa, en si no me podía quejar el sitio era hermoso, me hacía pensar que era como un cuento de hadas o quizás lo peor.

Después de platicar con mis padres me fui a mi cuarto, ya había terminado mis deberes por lo tanto dejé que Bills entrara a mi cuarto, yo por el contrario sacaba ropa de la que usualmente no me atrevía a ponerme, deseaba hacer que los chicos babearan por mí, quería un chico con cabello rubio, ojos azules tal como el de una novela futurista que estaba leyendo que eran príncipes extraterrestres con colas de gato.

Dios...Solo de pensar en un chico así me ponía roja, era tanto mi escándalo que rodaba en mi misma cama mientras fantaseaba, deseaba un primer beso de un joven ensueños, después de tanto buscar ropa me canse dejándola tal cual ya que nadie entraba a mi cuarto, suspiraba mientras encendí la tv, estaban dando una película de terror ochentera; luego de analiza las cosas caí en cuenta de que se trataba de octubre y era normal ver zombies o cosas de esas por donde fuese.

Mi atención se centró en aquella película, al no ver que era muy tarde comenzaba a comer los dulces que mi padre me había obsequiado, dieron la 1 am y no apague la tv ya que siempre o la mayor parte del tiempo dejaba dicho aparato encendido y cuando no era así era mi laptop tratando de dejar el reproductor de música, pero no escuchaba música para dormir sino todo lo contrario parecía de esas que te matarían de un infarto, si, si era la edad.

Cerré mis ojos luego de dar muchas vueltas en la cama, cuando abrí de nuevo eran 2:55 am y solo hice un pequeño gruñido enfadada porque era cierto lo que mi padre había dicho, no iba a dormir si me empaquetaba tantos dulces de maíz, otra vez cerré mis ojos esta vez cayendo en un sueño; El sueño era confuso pues iba corriendo por un pasillo, parecía que huía de algo al igual risas y cuando intente voltear para atrás me desperté de aquella pesadilla, tenía una ligera rigidez en mi cuerpo, me asomaba alterada para ver si era Bills el causante pero no ya que estaba a un costado, para acabarla la tv estaba apagada supuse que mamá lo había hecho pero era extraño, después de unos segundos yo me moví, me levante un poco agitada era como si hubiera cargado un gran peso en mí, el gato se me quedaba viendo raro cuando le hable solo fue a esconderse a su canastilla.