Sin salida.

Pesadez de otoño.

Pude llegar a notar que eran las 3:15 mire al techo un tanto confusa, no tome muy en cuenta el sueño ni aquel sentimiento de pesadez que no me dejo moverme así que de nueva cuenta pude dormir sin mucha preocupación.

—A la mañana siguiente. —

—Mamá Claudia me invito a su casa, voy a ir por unas horas, quiero saber dónde nos vamos a encontrar para ver si nos toca en el mismo salón. —Mamá le había tocado ir a comer a la casa así que en ese rato fue a limpiar no sin antes decirme unas palabras. —Está bien, no regreses tan tarde sabes que no me gusta que se queden viendo esas animaciones chinas. —Para pronto fruncía el entrecejo.

—¡Es anime y no es chino!, es tan genial las aventuras del rey mono, tengo que verlas no es mi culpa que no tengamos cable, quiero cable Bills también lo quiere. — Tomaba al gato y lo zarandeaba, el gato solo por su reacción natural quiso darme un arañazo por lo cual lo baje.

—Pronto tendremos cable y puedes ver al mono ese de cabellos parados, pero no quiero que comiences a decir que necesitas vídeo juegos o que no prestas atención a la escuela, eres muy grande para andar desaprovechando esas cosas. — Me respondió con algo de preocupación por lo cual yo hice un simple pulgar arriba para sonreír que todo iría bien.

—Sabes que no lo haría, si no puedo ver la serie por hacer algún trabajo la mirare por la Tablet o laptop, así de sencillo. — Le daba a entender que no era bueno que se preocupara, pero era mejor ver esa serie acompañada de alguien especialmente si la querías mucho casi como una hermana.

—Está bien, ve que se hace más tarde. — Me despedí con un beso yendo a casa de Claudia para ver donde nos íbamos a ver en los siguientes días y tratar de ver una película de la serie que nos gustaba.

Como eran las 7:30 mi madre llamo al celular. —Sigo en casa de ella, ¿Qué pasa? —Le pregunte hasta que me dijo que fuese a casa ya era muy noche, pues iría a casa de una vez era una lástima que no podía ver la película, venía un poco amargada sin entender a mi madre pues solo nos separaba menos de una cuadra, pero quizás temía que me pudieran hacer algo en ese tramo de calle.

Suspire algo decepcionada al salir de la casa de mi amiga, me dijo que se tomaría la molestia de grabar la película pero que me asegurase que fuese mañana por ella, faltaba un día para comenzar a las clases así que uno más y dormirme después de verlo no me caería nada mal.

Al ir por aquellos rumbos para mi casa sentía que me observaban, volteaba para todos lados pero nada, al parecer todos estaban en casa disfrutando del otoño que se aproximaba, daba por segura que iba a ser un invierno duro pues no había llovido en meses o por lo menos eso es lo que estaba presintiendo.

Volteaba de izquierda a derecha, lo extraño es que a mi izquierda había un muro que separaba las casas de un jardín de niños y lo cual se me hizo extraño luego de escuchar mi nombre, corrí lo más que pude llegando agitada, por suerte no había nadie en casa mis padres llegarían en 15 minutos a más tardar.

¿Estaba siendo observada por alguien?, que trataban de hacerme, la verdad que no sabía al menos ya estaba sana y salva, ¿o no?, llame a Bills pues no lo había visto en todo un día. —Bills, ya estoy en casa, ven a comer también te traje un regalo que me ha dado Claudia para ti, ven michi...— Estaba hincada en el suelo hacía un movimiento como si tratase de chasquear los dedos pero no lo hacía, solo pasaba el dedo pulgar encima como para llamar su atención.

No me había percatado que estaba debajo del sillón, sus ojos brillaban mientras que yo trataba de sacarlo, el gato se negó rotundamente haciéndose el pesado, una vez que lo saque de aquel lugar volteaba para la ventana pues algo estaba observándome, me daba escalofrío pues solo estaba viendo una grande sombra negra y Bills no dejaba de ver hacia ese lugar.

Mande un whatsapp a mi madre que seguro era la primera en llegar, que se fijase bien en la entrada seguramente un desconocido me había seguido y estaba asustada, le dije que me iba a la cocina para tener algo con que defenderme pensando de forma imaginativa lo peor, pues no tardó mucho en estacionar el carro mi madre y por más que buscaba no había pasado nada, pero había sentido una mirada llena de coraje, al igual la figura era como humanoide ya que nunca había tenido algo con lo paranormal.