-¿Qué le parece si nos vamos de viaje a París? - habla Sergio Brooks, el padre de la familia, un poco tímido, ya que le aterra su esposa.
Andrea, la madre, lo mira furiosamente ¿Cómo pudo preguntar eso? Se preguntaba en su mente echando humos por las orejas.
-¿Cómo se te ocurre preguntar tal cosa? - responde a gritos y furiosa - ¿Crees que con el dinero que tenemos nos alcanzara para irnos de viaje? No tenemos ni un puto centavo y quieres salir fuera del país. ¿Es que estas mal de la cabeza, Sergio? - Sergio baja la cabeza mientras su esposa lo regaña, solo la escucha sin hablar para que no se enfurezca más. - Estamos llenos de deudas, y con todas las cosas que necesita mi princesa ¿Con que lo vamos a pagar? Si tú solo te los gastas en alcohol y cigarrillos.
-¿Mama? ¿Papa? - pregunta una voz tan dulce, de una pequeña niña. - ¿Está todo bien? Es que oigo gritos.
Andrea se tranquiliza un poco, respira profundamente para luego responderle a la pequeña.
-Si princesa, está todo muy bien, no se preocupe y vuelva a la cama cariño.
La niña se retira de la sala y vuelve a su habitación. Andrea se sienta en el sofá frente a su esposo mientras trata de tranquilizarse más. Mientras estaba en eso, el timbre de la casa los hizo levantarse a los dos para ver quien buscaba a estas horas de la noche.
Sergio abre la puerta, pero nadie se encuentra frente a él, solo se escuchaba ¿un llanto? Los dos al mismo tiempo bajan la mirada y se encuentran con una pequeña caja de cartón en el suelo, unos bracitos cortos y gorditos se estiraban para que lo recibieran, su llanto era tan delicado, como si se hubiera decidido a no llorar más.
-La debemos entrar - habla Sergio decidido.
-¿Qué?, no. Déjala aquí fuera y que alguien más se la lleve. - responde Andrea cruzándose de brazos.
-¿Cómo puedes decir eso Andrea? Es solo un bebé, por algo la dejaron fuera de nuestra casa.
-Sergio, ¿tienes dinero para esa niña, tú la vas a mantener? - Andrea le pregunta sabiendo que la respuesta de su esposo sería un no. Está completamente segura, si no tenía dinero, ¿Cómo la mantendría?
-Sí. - respondió decidido, sin dudarlo. Andrea queda con la boca abierta ¿Es que está loco?
-¿Sabes qué? Hace lo que tú quieras, me da absolutamente lo mismo. - dicho esto, da media vuelta y se dirige a su cuarto.
-¿Sabes hermosa? - Sergio le dice al bebé mientras la toma entre sus brazos. - Te llamaras Mia, es un lindo nombre ¿te gusta? Yo te cuidare, seré el mejor padre contigo, haré lo que sea para que estés bien, te lo aseguro. - le hablaba tan paternalmente, sentía que la quería de hace mucho, como si fuera su propia hija, de su propia sangre; pero muy dentro de sí mismo sabía que con la llegada de ella, todo cambiaría.
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Un horroroso desastre
Teen Fiction-Mia, ¿qué es lo que mas deseas? Lo pensé un momento. -Ser feliz. -¿Acaso no lo eres? -En estos momentos, no. -¿Por qué no? -Mi vida es un desastre. Un horroroso desastre.