-Hola Mia ¿Qué tal? – Daniel, mi mejor amigo, me saluda mientras me dirijo a la entrada de "Hilstong School".
-Hola Daniel – le saludo con un beso en la mejilla.
-¿Lista para el examen de química? – me pregunta mientras saca una hoja, con lo que supongo son todos sus apuntes.
-Algo así. No tuve mucho tiempo para poder estudiar.
-¿No? – pregunta mirándome confundido y le niego con la cabeza. – Bueno, yo te puedo ayudar. Cuando el maestro no nos vea intercambiamos los exámenes y te lo hago yo.
Lo miro sorprendida. Nunca habíamos hecho eso, es decir, nos copiábamos pasándonos papelitos con la repuesta que no sabía el otro, solo eso, pero ¿intercambiar exámenes? ¿Y si se da cuenta el maestro?
-Tranquila no pasara nada – me tranquilizo, solo un poco. – confía en mí.
Esas palabras cambiaron todo en mí, es que yo no puedo no confiar en él. Lo conozco desde que tengo memoria, es mi único amigo, mi mejor amigo.
-Está bien, tú sabes que confío en ti.
-Ya entremos al salón, que luego llegara el maestro.
......
-Uf eso sí ha sido de locos – Daniel hablo con una sonrisa mientras salíamos del salón. Pues sí que ha sido de locos, el maestro estuvo a punto de vernos intercambiando los exámenes, pero por suerte no nos vio y lo logramos.
-Tuvimos suerte, fue astuto de tu parte fingir que recogías un lápiz del suelo.
-Es que soy todo un genio ¿Cómo puedes dudarlo? – dice las palabras con una mirada de suficiencia y fingiendo que es el chico más inteligente de todo el mundo.
Nos reímos a la vez mientras caminábamos hacia el jardín; con mesas de picnic, bancas debajo de los árboles y muchas cosas hermosas.
-Gracias. – le digo cuando nos sentábamos en una mesa de picnic.
-¿Gracias porque? – me mira con una sonrisa de lado.
Lo miro con una mirada de que era obvio a lo que me refería.
-Gracias por lo de hace un rato, de intercambiar los exámenes... - no pude terminar la frase porque alguien me interrumpió.
-¿Qué hicieron qué? - Emilia interrumpió nuestra conversación con una mirada sorprendida pero con una sonrisa malvada.
Emilia es mi hermana mayor, es la preferida de mi madre, su princesita. Digamos que Emilia no es muy buena conmigo; la mayoría de las veces me trata mal, me dice cosas hirientes o cualquier otra cosa que haga que mi autoestima este por los suelos; pero yo sé que igual siente algún cariño por mí, aunque no lo reconozca.
-¿Eres estúpida? Si los hubiera visto el maestro. Llamarían a mama, se enteraría y... - se detuvo sin terminar la frase, y le apareció una sonrisa en su rostro - aunque de todas formas se enterara.
-¿No le dirás tu verdad? – la miro asustada, ella solo me mira con una sonrisa. – No por favor, tu sabes cómo es mama conmigo, por favor no digas nada. – pido suplicándole.
Cuando le suplico se le quita la sonrisa de sus labios, y parece pensarlo, luego me mira seria.
-Está bien, solo por esta vez ¿escuchaste? – me punta con su dedo índice y yo asiento con la cabeza, da media vuelta y se marcha donde sus amigas.
Miro a Daniel con una mirada de alivio, él me sonríe, pero luego mira a Emilia y después a mí.
-Emilia te lo dejo pasar, ahora me doy cuenta de que en verdad le importas.
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Un horroroso desastre
Teen Fiction-Mia, ¿qué es lo que mas deseas? Lo pensé un momento. -Ser feliz. -¿Acaso no lo eres? -En estos momentos, no. -¿Por qué no? -Mi vida es un desastre. Un horroroso desastre.