El robo - Parte I

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Se escuchaba el crujir de la madera, el calor era amable y se sentía reconfortante. Desperté en un sofá tapado con una sábana de algodón/seda. Sólo abrí los ojos y claro, ahí frente mío a unos pocos metros se situaba una chimenea.
La casa era campestre y totalmente de madera. No sabía cómo llegué aquí, de seguro Súloz... ¡Súloz!, no estaba en la casa. Me preocupé y me levanté. El dolor había pasado considerablemente aunque aún estaba un poco frágil. Caminé por toda la casa y estaba vacía. Una única puerta no pude abrir pero supuse que no era nada extraño.
Escuché como la manilla se movía y luego ví a Súloz abrir la puerta. Me contagió una alegría y le sonreí. Me miró y comenzó a regañarme.

-¡Deberías estar reposando!. En vez de estar ahí parado con esa cara de bobo. ¿¡Crees que te curé para que me vuelvas a pasar por eso!?

Me tiró un pan que traía en la bolsa de compras y comenzamos a reír.

-...mi brazo ya está mejor. Y fue así como llegamos hasta aquí. Gracias a Sisbio que derrotó a ese Metahormigón.
-Son mounstros de nivel medio, pero no dudan en acabar con el enemigo.
-Entonces nos trajo por un portal...mmm... Vaya, muchas gracias Sisbio, soy Búcari. ¡! ¡Espera!, si ese portal no se demora nada entonces, ¿he dormido todo el día...?
-Te equivocas. El portal no evade al tiempo. Simplemente te teletransporta hacia el lugar donde quieras ir, pero el tiempo transcurrido será el mismo al tiempo en que se demoraban, en este caso caminando. Dentro de el puede que tu percepción te engañe haciendote creer que solo fueron segundos. Pero en realidad no es así.
-¡Wow! Eres increíble Sisbio. Aunque...
-Aunque es una desventaja eso del tiempo. Por eso tengo que perfeccionar la técnica, me tomó diez años poder hacer lo que hago. -Nos miraba seriamente mientras comía pan y bebía un poco de té. Un silencio perduró en la mesa, pues Sisbio parecía que iba a decir algo que nunca soltaba.
-Oigan. -dijo Sisbio con un tono mucho mas serio que su rostro.
-Me esforcé por diez años para aprender esa técnica y mi maestro siempre me dijo que me tomará otros diez años para perfeccionarla. Sus palabras fueron mas que inspiradoras. Así que... ¡Tomaré el elixir para ahorrarme esos diez años!- se reía de manera maquiavelica pero chistoso. La primera impresión ya no era la misma y me causó mucha gracia.
-Y por eso ustedes me ayudarán a robarlo.
-Ni hablar- respondió Súloz con una actitud que rechazaba totalmente la afirmación de Sisbio. -No seré una ladrona en un pueblo que ni siquiera conozco.
-Vamos Súloz, será divertido. Además me salvó la vida, y si ahorra diez años estaré contento en ayudarlo. Se lo debo.
-Bien dicho Búcari. Vamos Súloz, tómalo como un entrenamiento, muchas cosas tendrán que pasar antes de llegar a la capital.
-¿No estamos en la capital?-pregunté con una desorientación extrema.
-No bobo, ¿es que acaso creíste que íbamos a ir con tu estado actual?- respondía Súloz.
-¿Entonces dónde estamos?
-Estamos en mi casa. En las afueras de K'tzoil, en un pueblo que está a una hora. Se llama V'rivo hace referencia a vivir. En fin, es un pueblo peligroso aunque no lo parezca.
-Bien, sólo estamos a una hora de la capital y quedan dos días para el rito. Eso es fantástico. Vamos Sisbio te ayudaremos a perfeccionar tu técnica.
Al escuchar las palabras, en un parpadeo, los ojos de Sisbio estaban completamente con lágrimas. Había dicho eso para calmar su deseo, nunca esperaba en realidad una respuesta de alguien que aceptara a ayudarlo.
-Bien... Pero iré únicamente a cuidarte estúpido.- dijo Súloz con una expresión de qué más dá.
-De acuerdo, este es el plan. Esta diseñado para entrar y salir sólo una vez. Nos tomará menos de una hora en realizar todo. Lo he ajustado a sus capacidades. El palacio es muy simple, tiene una entrada y una salida. Está rodeada por un muro de diez metros. La infraestructura es muy simple de aprender, hay una habitacion a cada costado, un cuarto principal, varios cuartos vacíos y la sala del gobernador. Detrás de ella, en una construcción aparte se encuentra el elixir.
Súloz, tú te encargarás de la guardia. Estarás posada en el muro de lado sur atenta a todo. Serás nuestros ojos.
Búcari, tú me acompañarás. Una especie de magia cubre alrededor del muro, lo que me hace imposible crear un portal desde afuera del palacio hasta donde está el elixir. Pero una vez dentro del terreno, podré hacerlo sin problemas. Serás mi guardia personal en caso de que algo salga mal.
Les digo desde ya, que sospechan de que el gobernador entrena a una bestia para "asegurar al pueblo", pero es solo para proteger su propio trasero. Tiene un anillo con el poder de... Bueno, nadie sabe lo que hace, por eso procuren bien sus acciones antes de realizarlas.
Partiremos a las nueve y treina. A las diez pasa una carrosa que se dirige al castillo, es ahí cuando nos filtraremos.

Sangre roja, Luna llenaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora