Capítulo 17

1.9K 73 1
                                    


    Estábamos escuchando la entretenida charla entre los padres de Rama con las demás personas.

-¿tenes calor? Estas un poco rojita. -Me susurró para que sólo yo pueda escuchar.

-Si, un poco.

-Es porque está prendida la calefacción. ¿vamos al patio?

    Salimos y nos sentamos en el césped, abrazados.

-Sos hermosa. -Me dijo besando mi frente.

-Hay, cállate. -dije tapándome la cara con mis manos.

-No te pongas nerviosa, amor. -aparto de mi cara las manos mientras reía. 

   Lo miré a los ojos y lo besé, ya perdí la cuenta de cuántos besos le doy por día.

   Nos abrazamos y quedamos un rato así, hasta que el aire se tornó más frío y tuvimos que entrar, nos sentamos en el mismo lugar que antes.

-¿la estás pasando bien? -Me preguntó mimi.

-Si, re bien, gracias. -sonreí.

-Me encanta verlos bien, se nota cuanto se quieren, haced muy feliz a mi hijo.

-si, nos queremos demasiado, es un amor él. -ella sonrió cuando dije eso.

  Como a las tres ya era hora de irme, saludé a todos y Rama me acompañó hasta la puerta de entrada.

-Chau, mi amor. Nos vemos mañana, la pasé hermoso hoy. -con mis manos bajé un poco su cabeza para poder besarlo.

-Espera que busqué las llaves y te llevo.

-No, me tomo un taxi, no te hagas problema.

-¿cómo te vas a ir en taxi a esta hora?, no, espera que te llevo.

   Esperé hasta que vaya a buscar las llaves, cuando las trajo fuimos hasta el garaje y subimos.

    Nos quedamos un rato mimandonos en el auto hasta que me baje y entre a casa.

Al otro día.

   Después de comprar una que otra ropa, volví a casa, agotadisima.

  Cuando fui hasta el living me llevé una grande y hermosa sorpresa, estaba mi mejor amiga de todo jardin, primaria y mitad de secundaria. Hace tanto tiempo que no la veía, ella se tuvo que ir a vivir a Perú por temas de su familia que no alcanzó a contarme antes de irse. 

-¡Guadi! -exclamé emocionada- no sabía que estabas acá.

-Como a las doce llegué, salió muy temprano el vuelo. -explicó mientras se paraba a abrazarme.

-Me hubieses avisado y te iba a esperar, Guadalupe. -la reté.

-No te quería molestar, me dijeron que estabas en el centro.

-Te iba a esperar igual.

-Ni me di cuenta, pero bueno, ya está, lo importante es que estoy acá, ¿no?

-Obvio, ¡te extrañaba un montón! Ni te imaginas.

-¡Yo también, Vigna! Por eso mismo Vine y además extraño tus locuras.

-¿locuras? Na, ¿que decís? Soy una santita yo.

Si, ____, si vos lo decís. -ironizó.

-¿ya comiste? -le pregunté.

-No, todavía no.

-¿Vamos al cuarto hasta que esté la comida.

-Dale, hace mucho no entro ahí.

   Le avisé a mamá que íbamos a mi habitación, para que ella después nos llame cuando haya terminado de hacer la comida.

   Nos sentamos en una de las dos camas que tenía en la habitación.

-Tenemos mucho de que hablar, boluda. -dije sonriendo.

-Si, bastante, ¿no? Digo, no sabía nada de tu novio.

-Uh, se me pasó, mala mía. ¿quién te contó?

-Tu mamá, me dijo que andas re enamorada y en tu mundo, estás todo el día con él.

-¡Hay, que exagerada que es! Ando enamorada, eso si, pero no es que estoy todo el dia con él, digamos, casi todo el día, que no es lo mismo. -reí.

-Se te nota en los ojitos lo enamorada que estás. -Me dijo apretando mis mejillas.

-Es un amor, no sabes, Guada.

-Me imagino, porque para que vos estés así...

-Uh, para, no soy tan fría tampoco. -le pegue en el hombro.

    Pasamos un día hermoso, hicimos de todo. Hace mucho no pasaba estos días así, siempre me gustó hacer locuras con ella, decir que la extrañé todo este tiempo era poco.

Amor Verdadero (R.N) TERMINADA- Donde viven las historias. Descúbrelo ahora