Chica Sarcastic

Capítulo 2

Voltee a ver quien era la persona la cual me había hablado, y me encuentré con la sorpresa que era el chico nuevo. Me quedé anonadada ya que no me esperaba esto.

—¿Hola? —respondí haciendo una mueca de confusión.

—Oye, eres mi compañera y vecina de enfrente, así que quiero que nos llevemos bien ¿Se puede? —ahora estaba mucho más confundida que antes. Aunque solo me dispuse a asentir, ya que en estos momentos no confiaba en mi boca. —¿Entonces me puedes dar un recorrido por las instalaciones y más al rato por el vecindario? —asentí nuevamente y me giré para pagar.

Nos pusimos en marcha hacia el siguiente salón de clases que nos tocaba. Al entrar se escucharon murmullos por todo el salón y más por parte de las chicas, por que a decir verdad el chico con el que venía no tiene nada de feo, y podía imaginar hacia qué dirección iban los murmullos de ellos pero solamente me limite a ignorar cada una de sus palabras audibles y miradas inquisitorias. 

Nos sentamos en la banca donde siempre me siento, ya que es la única que no es compartida. Pues nadie a querido sentarse conmigo, a excepción de él que no le quedaba de otra. Y sí, esto era en todas las clases aun sin importar cuando los maestros asignaban los lugares y a alguno se le asignaba sentarse conmigo, siempre encontraban la manera de hacer cambiar de parecer al maestro y este los terminaba cambian de banca pero sin duda eso ya no me importaba en lo absoluto y de cierta forma me había acostumbrado. Además estaba súper bien, había tenido más espacio para mí hasta el día de hoy.

—A sus lugares todos, que la clase está apunto de comenzar —anunció el maestro de Química.
La clase pasó algo rápida y aburrida, como todos los días. Yo por mi parte solo me limite a pensar en mi travesura del día. Hoy le tocaba al maestro de formación cívica y ética; él era el maestro al que más odiaba, todo por sacarme un 8 en vez de un 10. Me debía 2 puntos pero por la estúpida de Mikeila que dijo que yo lo había insultado y muchas cosas más, me los quito y estuvo a punto de ponerme un 5. Y eso jamás se lo perdonaré a él, ni mucho menos a Mikeila. Y de ella, pronto me encargaré. La voz del maestro me sacó de mis pensamientos, cuando dijo: —Jisel, usted hará pareja con Raich, su compañero de banca. —en ese momento solo me voltee a observar al maestro y a mi compañero, quien alzó los hombros en señal de no saber nada. Achique mis ojos y asentí.