Coulrofobia; j.s

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10 años después.

"Harry, no vuelvo a decírtelo" gruñe entre dientes Jade.

"No seas tan amargada, ¿con quién hablabas? ¿Con tu novio?" Bromea Harry con una sonrisa.

"¡Dame mi teléfono!" Se queja de nuevo Jade.

Habían pasado diez años. La amistad de Harry y Jade era igual, o cada vez más unidos. Harry no dejaba que nadie le hiciera daño a Jade. Era su pequeño tesoro.

Harry no olvidaba aquel cumpleaños, no olvidaba el payaso, no quería olvidarlo, quería hacerlo sufrir así como hizo con Jade, ¡sólo era una niña!

Jade se sienta en la banca con sus brazos cruzados y un puchero, estaban en un parque tomando un helado, como casi siempre hacían.

"¿Quieres tu teléfono? Ven y búscalo" Jade miró a Harry, quien tenía aún su teléfono.

Jade debía admitir que su mejor amigo estaba bueno, pero no quería nada con él, era como su hermano.

"Dámelo, Harry" Jade en un intento de tomar su teléfono se para en la banca, quedando un poco más alta que Harry.

"Por un momento en tu vida te sientes más alta que yo, ¿no?" Dice Harry, Jade gruñe e intenta tomar su teléfono.

"Eres un idiota" Harry ríe, le gustaba sacar de sus casillas a Jade.

Harry abraza a Jade por la cintura y recuesta su cabeza en el pecho de ésta.

"Sí, estás muy alta" Jade ríe.

"Ahora soy más alta que tú" canturrea ella.

"Sí lo eres, tramposa" Harry alza su cabeza a verla.

"Eres tan feo, baja la cabeza de nuevo" dice Jade haciendo que Harry comenzara a reír.

"Eres tan cruel. Tú eres más fea" bromea Harry.

"Yo soy hermosa, y te callas" Harry rueda sus ojos.

Sí que lo era.

Luego de un rato, Harry le da su teléfono.

"Jadeeee, vamos a la fiesta de disfraces, no seas tan aguafiestas" suplica Harry.

"No tengo disfraaaaz" se queja Jade.

"Vamos a comprar disfraces, yo tampoco tengo" Jade lo piensa.

¿Hace cuánto no sale?

"Vale, vamos" Harry sonríe feliz y se lleva a Jade casi a rastras a una tienda de disfraces.

Luego de un rato caminando, llegan a una tienda donde vendían disfraces. Jade no sabía que disfraz comprar, en realidad no quería ir a aquella fiesta.

"Vamos, escoge" se queja Jade, Harry ríe.

"Es tu disfraz, ¿por qué tendría que escoger yo? Ya yo escogí el mío" Jade rueda los ojos y toma el primer disfraz que pasó por sus ojos.

"¿Es tu talla, hobbit?" Pregunta Harry, Jade se gira a mirarlo.

"No sé" Jade busca la talla del disfraz.

"Ve y pruébalo, es más fácil" sugiere Harry, Jade asiente.

"Espérame, vuelvo ya" Harry se sienta en la silla frente al probador, esperando a Jade.

Jade entra con el disfraz y se lo pone lo más rápido posible, lo que quería en ese momento era salir de allí.

Según ella todas las máscaras de payaso la estaban mirando.

Finalmente se pone el disfraz, y se da cuenta que es de gato.

"¿No podía escoger algo menos... Corto? Ugh" protesta en un susurro.

Abre la puerta del probador donde solo puede ver a Harry sentado -o mejor dicho, desparramado- en la silla frente a ella.

"¿Qué te pasa?" Le pregunta Jade, Harry frunce el ceño y se acomoda.

"Tardas mucho" Jade se encoge de hombros y mira su atuendo.

"¿Cómo me veo?" Susurra Jade tímida, casi todos estaban mirándola.

Traía una falda negra de volantes hasta un poco más arriba de las rodillas, una blusa negra donde habían unas letras en blanco que ponían "I am a kitty, do not tell me otherwise." Mangas largas y unas orejas de gato.

"No trae cola, así que no me mires así" dice Jade observando el interior del probador.

"Tú que sabes por qué te estoy mirando así" dice Harry.

Se veía hermosa.