Capitulo 26

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Skye:

Habia una taza de chocolate caliente en mis manos, una manta gruesa de color rojo, estaba alrededor de mis hombros y un montón de gente molesta haciéndome preguntas cuando me senté en el sofá de mi sala de estar. Mi pelo rubio mojado se pegaba a mi cara, haciéndome sentir incómoda. Las personas que me rodeaban me hicieron sentir claustrofobia, me hicieron sentir pequeña. Odiaba ser el centro de atención. No quería hablar, no podía. Lo que vi esta noche se quedaría en mi mente, me perseguiría. Sus preguntas parecían ir por un oído y salir por el otro. No podía prestarles atención a ellos, no podía pensar.

Al final puse mi taza en la mesa de café, quite la manta de encima de mí y me dirigi hacia arriba, no queriendo ser bombardeada con preguntas estúpidas. Yo les había dicho lo que yo había visto, qué pasó, cuándo y dónde. La única cosa que no me atreví a decirles es que yo pensaba que era Liam.  ¿Liam era realmente el asesino? No podía ser cierto. Pero la evidencia estaba allí. Sea o no la sangre era de Amber, el estaba en la escena del crimen. 

—Déjenla— Ordenó mi madre sacando a los entrevistadores fuera de la casa. Esta iba a ser una semana muy larga...muy larga. 

- En el Pasado-

Harry:

—Hace tanto calor— Se quejó Skye acabándose el último vaso de agua con hielo. Llevaba unos shorts cortos azules, una camiseta blanca y unos tenis Converse. Su cabello rubio estaba en una coleta.
—Skye, casi no llevas nada puesto — Me reí mirando a su estómago expuesto, y sus piernas largas— ¿Cómo puedes estar tan caliente?— Me miró por un momento con una mirada extraña en sus ojos, y luego mordió su labio, tratando de mantener su risa, no duro mucho porque, antes de darme cuenta que estaba muriendo de risa. 
—¿Qué es tan gracioso? 
—Lo siento, acabo de escuchar lo que dijiste mal. Quiero decir, pensé que querías decir algo más— Recordé lo que le había dicho acerca de su ropa y que seguía caliente. 
—Oh—.Me uní con su risa— Eres tan pervertida, tienes mente sucia

No podía dejar de pensar ahora, el hecho de que solo vestía unos pequeños shorts y una camiseta blanca que dejaba ver su ombligo y que se veía muy ‘’caliente’’ Mierda.
¿Qué pasa si alguien puede leer mi mente? Negué con la cabeza sacudiendo el pensamiento. Ella se rió antes de decir 

—Pero está hirviendo aquí— Dijo abanicándose con la mano— No sé por qué estás usando pantalones. Dios mío— Ella rápidamente tiró la botella vacía y transparente en el bote que había al lado. Estábamos a mediados de verano, el sol brillaba en el cielo, quemando a todo el mundo abajo. Skye estaba roja, su piel pálida nunca fue una bronceada.
—Te ves como una langosta— Comente al tocar su nariz quemada suavemente. Ella me pego en el brazo levemente. 
—Gracias Harry— Me reí entre dientes
—De nada. 

El aire era denso y seco, pero poco agradable al mismo tiempo, todo el mundo llevaba faldas cortas, shorts y ropa de verano. El ambiente era increíble, nadie parecía estar molesto. ¿Quién no? No habíamos tenido este tipo de calor en mucho tiempo, Skye y yo  acabábamos de regresar de tomar el sol en la playa, todos los demás chicos se habían ido de compras, pero decidí quedarme aquí con ella.

—Vamos a la pradera por un rato antes de ir a casa— Sugerí. 
—Suena bien. Vamos— Ella me sonrió sujetándose de mi brazo. Nos topamos en la colina con el sudor corriendo por mi cara. Estaba muy caliente alrededor para caminar fuera, los dos estábamos agotados, nuestra respiración era pesada y nuestras dos piernas estaban adoloridas.
—Cerca de ahi ahora—.Dije— ¿Quieres que te suba a mi espalda?
—Está bien— Sonrió ella, saltando sobre mi espalda.

Era fácil cargarla. Ella parecía tan ligera como una pluma. La llevé a nuestro lugar, bajo un árbol grande, solitario al lado de la grande hermosa pradera. Pasamos la mayor parte de nuestro tiempo aquí, hablando, teniendo días de campo, durmiendo uno arriba de otro, mirando las estrellas, disfrutando de nuestro tiempo juntos. Parecíamos perfectos uno para el otro, pero no, al parecer, no. 

Ella era con la que quería estar, con la que yo quería crecer, envejecer. Yo la amaba. Pero ella no pensaba lo mismo. Ella quería mantener esta relación de mejores amigos, ella no quería tener más. Suspiré mientras la ponía al lado del árbol, ella me preguntó qué estaba pasando, pero yo sólo le dije que estaba cansado. Me senté, apoyé la espalda contra el árbol. Mis piernas se estiraron y Skye apoyo su cabeza en mi estómago. Esta era la posición que estábamos en la mayoría de las veces,era normal ahora.

El cielo estaba claro, no había una sola nube, hoy se veía tan azul el cielo. Era tan hermoso. 

—Oye, ¿qué es eso?—.Dijo Skye sentándose, sacándome de mis pensamientos y eso
—Es un cachorro— Dijo emocionada, era un Labrador corriendo por la pradera. 
—Hola lindura— Ella le dijo con una voz dulce, y camino hacia él, la cola del perro se sacudía con entusiasmo, y salto encima de Skye y poniendo sus patitas en el estomago de ella.

Skye agarro a el cachorro con cuidado y lo llevó hasta debajo del árbol a mi lado. En realidad, fue la cosa más linda que había visto en mi vida. Es largo, su lengua rosada estaba colgando de su boca, tenia piel brillante de color crema, era suave y sus ojos negros brillaban. Era tan pequeño y lindo. 

—¿Tienes dueño, amigo? —Preguntó viendo si tenía collar— Has de estar muy sediento. ¿Qué estás haciendo aquí?
—Skye, el perro no te va a responder— Comente, riéndome entre dientes. Ella me dio un codazo y el perro me ladró a continuación, y comenzó a lamer la cara de Skye. Ella se apartó un poco y me miró cuando el perro caminó hacia arriba en el vientre de Skye, algunas veces poniendo su patas sobre sus hombros y golpeando queriendo lamer su cara. 
—¿Crees que tenga propietario?— Preguntó. Se podría decir que ella se había enamorado de este perro por ahora. 
—No lo sé. Deberíamos devolverlo, aunque ... Ya sabes, deberíamos conseguir un poco de agua.
—Tienes razón, vamos— Dijo poniéndose de pie jalando mi brazo. Ella se inclinó hacia abajo y tomó al cachorro, llevándolo como un bebé. Ella lo abrazo en todo el camino. ¿Fue malo estar un poco celoso? ¿Qué? ¿Quién se pone celoso de un perro? —Creo que deberíamos llamarla Nala, ya sabes por El Rey León— Dijo levantando la vista hacia mí. 
—Odio tener que decírtelo, pero eso es un macho— 
—Oh. — Dijo dándose cuenta— Bueno, deberíamos llamarle Simba. 
—Ridículo. Sin ofender—Dije. Luego empecé a reír. 
—Bueno, ¿Como le llamamos?— Dijo rodando sus ojos.
—Marley. 
—Qué original— Rodó sus ojos otra vez. 
—¡Hey! Me gusta la película, ¿de acuerdo?
—No quiero mala suerte para él. No quiero que muera— acarició la nariz del perro, mientras me decía. 
—¿Samuel?— Sugerí. 
—Ese es el nombre de un anciano. Um, ¿qué pasa con Theo?— El perro ladró alegremente a este nombre, y le lamió la cara de Skye. 
—Creo que a él le gusta ese nombre— dije acariciando la cabeza de Theo en voz baja, alejando la mano rápidamente antes de que él pudiera morderme.
¿Por qué este perro me odia? 
—Theo es entonces— Ella sonrió abrazándolo más cerca.

Hometown GloryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora