Nos miramos con ojos atrevidos, ahogados por un intenso deseo de entrelazar nuestras manos; mientras mas lejos se encuentran mis labios de los suyos, mas apresuro mis cautelosos pasos, siguiendo su adictivo aroma a tientas y guiado por el destello de su imagen que me alimenta; impulsado por la sonrisa cobarde que se lamenta y por el corazón que exige a mi cuerpo que no se detenga.
Acabo agitado, lejos de ella y de sus pasos; me reprimo por no haberla encontrado, me siento desilusionado y algo cansado. Cuando la suerte se sienta a mi lado; me ofrece un deseo por haber perseverado y me dice <tranquilo enamorado, tu esfuerzo no ha sido en vano>; ofuscado por la alegría pido que vuelva a mi lado; él impresionado me concede el deseo anhelado. Inmediatamente aparece frente a mi, la dama a la que yo tanto seguí; sus mejillas ruborizadas y su sonrisa tímida hace que olvide mis palabras, pero aunque sea tartamudeando le susurro al oído <princesa, ven conmigo>. Ella sigue mi pedido y pronto se da cuenta que estar junto a mi es su destino. Finalmente, al saber que ella me corresponde totalmente, me siento en libertad de abrir mi pecho y regalar mi corazón sin dudar, a esa dama que me ha logrado enamorar.
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Espejismos De Amor
PoesiaUn idilio dulce y amargo; un amor corto pero largo; una ilusión que de mis sueños no se hace cargo. En fin, una musa que me deja en el letargo.