Día 11.

1.3K 161 6
                                    

Julio me había regalado un libro, porque era mi santo. Él y yo no teníamos los mismos gustos, de modo que tuve que tragarme trescientas páginas de guerras entre países que todavía no existían y matanzas entre etnias robóticas distintas. Lo bueno era que podía usar el libro para espiarlo a él, sin que nadie se diera cuenta.

Quince días espiándote » s.m (QDO #1.5)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora