capitulo 5

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  5

"De su piel rubia y morena
Brota un perfume tan dulce, que una tarde
Fui embalsamada por haberlo acariciado una vez,
Sólo una.
Cuando mis ojos son atraídos, como por una amante,
Hacia ese gato que amo,
Se vuelven dócilmente
Y me veo a mí misma.
Miro con sorpresa
El fuego de sus pálidas pupilas,
Marchita claridad, ópalos vivaces,
Que me contemplan fijamente."

-¿Qué haces?
Harry miró por encima de su hombro con un bigote de leche embarrado en la cara y luego se giró completamente dejando ver el tazón que ____ le había dejado la noche anterior bajo la cama.
―Me moría de hambre.
____ cerró la puerta tras su espalda y sonrió con ternura, seguía pareciendo un gato hasta en la forma de encoger los hombros.
―Eso no es comida, mira―le extendió el plato con melón―.traje esto para ti.
Harry se acercó con ese caminar lento, como un felino, elegante, arrogante. Tomó el plato, lo olisqueó un poco y lo aceptó.
―Vamos, no seas tan melindre.
―No lo soy, me cuido de no comer cosas envenenadas―al notar la ofensa en esas palabras añadió―.no digo que esto esté envenenado, es sólo que―se embutió un pedazo de fruta y habló con la boca llena―.me ha tocado comer ratones envene...
Al ver la cara de horror de ____ se detuvo a media frase.
Harry se sentó en una silla con asiento de peluche rosa que contrastaba ridículamente con su masculinidad mientras ____ se tumbaba sobre el estómago en la cama y recargaba la barbilla en sus manos.
Lo observó atiborrarse con la comida tan fascinada como si estuviera contemplando los fuegos artificiales de Disneylandia. Y es que, lo era todo.
Cada gesto que hacía, por más pequeño que fuera... Dios, era como una pantera.
La forma en la que se lamía el labio superior para limpiarse los restos de melón, su mirada de satisfacción y concentración al comer, notó que la ropa le quedaba un poco corta, pero la camisa de manga larga en particular... Uh, la, lá.
Se le ceñía a los músculos de los brazos, a los anchos hombros, al pecho, al sixpack del abdomen, a todo. Sólo le faltaba ver qué tal tenía la espalda, je, je, probablemente muy bien... ¡Y no! Ya basta.
____ sacudió la cabeza. Se estaba distrayendo con cosas con las que jamás hubiera pensado que su mente era capaz de proyectar en la imaginación.
Terminó de comer con una felina sonrisa en sus sonrosados labios y dijo:
―Gracias, es lo más delicioso que eh probado desde... pues desde siempre.
Se palpó el estómago como si estuviera a punto de reventar cuando en realidad lo notaba más plano que nada.
―Harry , he querido preguntar―comenzó en un tono demasiado formal, muy típico de ____― ¿Cómo es que tú...? Bueno, ya sabes...
―Al grano ___a...
―_____.
A ____ le ganó la vergüenza y Harry se daba perfecta cuenta de lo tímida que era. Se levantó de su silla y caminó hacia el ventanal. Sí, así es. El ventanal. No le guardaba rencor después de todo.
―¿Quieres saber por qué me encontraste siendo un gato y amanecí siendo humano?―preguntó mirando al exterior (ahora transitado) ahorrándole el sufrimiento a ____.
―Sí―contestó en voz débil, temiendo que él no quisiera contestar en caso de que la historia fuera desagradable o el pasado lo hiciera llorar.
Sí, como no. Ni que fuera ella.
Él se recargó contra el helado cristal y cruzó los tobillos perezosamente. Desde ahí, ____ tenía una vista panorámica de su trasero que estaba como para comérselo.
Santo Dios, en lo que piensa la juventud de hoy. Inevitable, pero cierto.
Se obligó a prestarle atención mientras contestaba.
―Sólo sé que ha sido así desde siempre―empezó con un rastro casi imperceptible de nostalgia en la voz.
―¿No lo recuerdas?
Harry negó con la cabeza y volteó hacia ella, sus ojos destellaron con el reflejo de la luz.
―No lo entiendo―dijo ____ un poco más suelta―¿Por qué cambias? ¿Tiene que ver con la luna? ¿Alguna fecha en especial? ¿Es tu cumpleaños? ¿El calentamiento global? ¿Es la maldición de los doce horóscopos chinos? ¿Eres un nahual?
Harry ya no podía entender nada de tan rápido que hablaba, al final no pudo contener reírse y agitar la mano en un gesto de negación.
―Pero qué imaginación. No, no, nada de eso―dijo enseguida de que ella logró callarse―me tomó casi toda la vida descubrir qué me hacía cambiar, pensé en todo lo que has dicho, pero al final, sólo es una cosa.―Miró al exterior, a donde las nubes lloraban y sus lágrimas caían en la banqueta―El agua.
____ no daba crédito.
De todas las cosas vudú que se le habían ocurrido, el agua era la respuesta, ay por favor eso era... ¡Increíblemente ridículo!
Hizo una mueca en un gesto escéptico.
―¿Cómo puede el agua hacerte eso? Si es tan...
―...inofensiva―concluyó él.
____ se sentó al filo de la cama parpadeante. Y no se esperaba lo que Harry estaba a punto de hacer. Se acercó a la cama y se sentó tan cerca de ella que sus muslos se rozaron levemente.
Sentía que su espacio estaba siendo violado, jamás de los jamases, un chico se le había acercado tanto, no sabía que el simple roce de la tela de su ropa pudiera desatar en ella semejante coctel de sensaciones.
Harry puso las manos hacia atrás, enterrándolas en el colchón y miró las molduras del techo alrededor del pequeño candelabro de ____.
―Era cada vez que llovía y yo no me refugiaba. ¡Puff! en un momento me estaba comiendo un hotdog―ahuecó su mano a la forma de un hotdog invisible―y al otro...―inclinó la mano dejando caer el hotdog―estaba en cuatro patas sobre un charco.
____ se fascinó de la escena que se formó en su mente. Se imaginó a un Harry pequeño convirtiéndose en un gatito indefenso sin poder caminar, sin que sus ojos se hayan abierto aún, arrastrándose por algún callejón mugroso y húmedo.
Miró su ancha espalda y tuvo el desesperante impulso de frotar una mano en ella para consolarlo por todas esas veces que había llovido, porque, hasta donde sabía, Londres era la ciudad más lluviosa del mundo, lo que significaba un montón de transformaciones a lo largo de su vida.
―Si el agua te hace cambiar cómo vuelves a... ser tú.
―Tú que crees.
Dios, no lo pudo soportar.
Giró los ojos hacia ella con la mirada sensualmente afilada y una sonrisa en los labios.
A ____ se le nubló la conciencia un momento. Se dio unos golpecitos en la barbilla con el dedo y torció la boca, algo que siempre hacía en los exámenes de matemáticas.
―Veamos, si el agua te moja, te conviertes. Y lo contrario...
―Ya estás cerca―dijo él como si pudiera oler lo que ella estaba pensando.
―Lo seco.
―¿Cómo dices?
―Vuelves a tu forma humana una vez que te secas―los ojos de ____ brillaban de emoción, la misma emoción que le producía ser la primera en resolver los dichosos problemas de mate... para que después se los copiaran como buitres carroñando un bisonte muerto, claro―es por eso que anoche cambiaste, porque―miró la calefacción empotrada entre la pared y el piso―porque yo encendí la calefacción y te sacaste más rápido―culminó enarcando una ceja―¿No es así?
Ambos bajaron la vista y se dieron cuenta de su posición.
Mientras ____ hablaba, no se había dado cuenta de que inconscientemente, se inclinaba cada vez más y más a Harry dejándolo al borde de estar tumbado sobre la cama.
Movido por la inercia, sus ojos aterrizaron justo en los labios entreabiertos de ____ y cuando su cerebro logró entender lo que su cuerpo quería hacer, se disparó la alarma contra incendios que se imaginaba en su interior y retrocedió.
―Vaya...eres... muy lista.
«Muy bonita»
____ tardó más tiempo en reaccionar, no demasiado, pero inmediatamente se sonrojó hasta el cuero cabelludo.
Se levantó de un salto, buscó sus gafas para ocultar su rostro y comenzó a recoger torpemente el tiradero de su habitación como si así pudiera construir un escudo protector.
Porque la afectaba.
La mirada de aquel, la afectaba como él no tenía idea.
―Y dime―empezó ____ mientras se retiraba un mechón de la cara al agacharse para recoger una camiseta―si sabes que el agua te hace ser gato ¿Por qué no te compras una sombrilla o tratas de evitarla?
En ese momento no veía la expresión de Harry , pero sabía que su rostro se torcía en una mueca.
―No es tan fácil, tarde o temprano también tengo que bañarme ¿no?, y eso no es algo que me guste hacer. Si las cosas fueran diferentes para mí, sería sencillo quedarme horas bajo la ducha por el simple placer de que el agua caliente relaje los músculos, así que, odio el agua tanto como los gatos de verdad.  


Las Ventajas de Ser un Gato. Harry styles -Adaptada-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora