No sé si lo sabías, creo que te lo he repetido muchas veces en pequeños textos, y tú siempre me has dicho que tranquilo, que eso nunca pasará, y demás. Pero me veo obligado a escribirlo. Si no lo hago, mi corazón seguirá dudoso de si lo sabes o no, y por las noches seguirá sin poder descansar.
Quiero expresarme lo mejor que pueda, pero no sé si lo conseguiré.
Tengo miedo. Y cada día que te hablo menos de lo normal, cada día que tú estás diferente por algo, no sé si por algo que he hecho mal, algo con tus padres, o simplemente que ese día no te apetecía mucho hablar o no estabas tan cariñosa como de costumbre; ese temor aumenta. Tengo miedo de que un día te canses de mi, de la actitud que pueda parecer que muestro al no darte más conversación o al no contarte ciertas cosas que me han hecho entristecer ese día.
Y sí, tengo miedo porque hay días que no estás tan cariñosa como siempre, o que no das tantos temas de conversación, o que sonríes menos en skype, y pienso que el motivo soy yo. Que he hecho algo que no debería haber hecho, y que ya estás pensando que qué narices haces siendo mi novia. Me da vueltas en la cabeza la idea de que creas que esto será una relación con un simple chico, y que durará como cualquier noviazgo de adolescentes que nunca ha podido salir bien, y que yo seré uno más de ese grupo de chicos al que luego llamarás "mis ex's", y que esconderán historias con malas experiencias que no volverás a repetir; y que sepas que pronto te cansarás y por eso se te quitan cada vez más las ganas.
Yo siento cosas que a veces me martirizo porque no sé expresar del todo bien y parecen sentimientos de un niño que se ha encaprichado de una chica que jamás llegará a ser más que esa novia que tuvo, sentimientos menos fuertes de lo que lo son de verdad.
Día a día no dejo de pensar en ti, hora a hora me imagino un lugar donde podremos y que quedará en nuestra memoria para siempre, minuto a minuto me imagino una situación nueva contigo donde riamos, nos abracemos, nos besemos, y segundo a segundo me imagino un futuro contigo, una vida que sin ti no sería igual. A veces lo pienso y parece un cuento de hadas, pero, ¿y por qué no puede hacerse realidad? ¿Por qué en unos cuantos años ya no te conoceré? ¿Por qué no estarás en mi vida? ¿De qué o quién habrá sido la culpa? No quiero que sea mía.
Quiero hacer una vida contigo, quiero hacerte sonreír cada mañana que nos despertemos juntos en la cama, o en el sofá, o en el suelo. Quiero poder recordar todos esos buenos momentos que me han sucedido en la vida, de los que he aprendido y disfrutado, esos buenos momentos con la mujer de mi vida, y quiero poder recordarlos contigo, y que esa mujer seas tú.
Desde que te conocí mi vida ha cambiado por completo, desde que tuve conocimiento de causa nunca había estado tan a gusto y tan bien con alguien como lo estoy contigo, y quién sabe si podré estarlo con otra persona, si podré llevar una mejor vida con otra persona, si tú no eres la mujer de mi vida, pero ¿por qué comprobarlo?
Sé que sonará precipitado y de locos la idea de tener una vida junto a ti, pero yo me la imagino y me convierto en la persona más feliz del mundo con el afán de hacerte la mujer más feliz del universo, junto a mi.
Todo esto suena a la típica historia que se hace de adolescente para conquistar a una de esas novias que hubo antes de tu mujer, pero yo no la siento así.
Al menos pido que nos sigamos viendo muchísimas veces, que haya miles de sitios que hayamos visitado juntos, miles de preciosas historias, miles de fotos, millones de besos y millones de abrazos.
No lo sé, piénsalo. ¿Cómo lo sientes tú? Esa pregunta me ronda en mi cabeza desde que me enamoré de ti.
Está claro que no hace falta que sea un día especial en nuestras vidas para intentar expresarte todo lo que siento por ti en unas palabras, porque creo que es mejor hacerlo día a día, aunque suene repetitivo, y mejor en esos días en los que parece que todo no va tan bien.
Me siento el hombre más afortunado del mundo al tener una novia como tú, qué cojones, al tenerte a ti.
¿Me habré expresado bien? Yo creo que me siguen faltando cosas, pero que no las puedo expresar con simples caracteres, sino con hechos durante el resto de mis días.
No sabes lo mucho que te quiero.
