Tres

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Oye Bianca, ¿por qué la bestia se acercó a hablarte hoy? — preguntó distraídamente Rick.

¿Quién te lo dijo? No estabas ahí.

¡¿Entonces era verdad?! — medio gritó poniendo mayor atención a la conversación.

¿Qué?

Emma me dijo que los vio hablando juntos.

Estábamos solo nosotros cuatro en el segundo receso de la mañana dentro de mi salón de clases. Y aparentemente, los rumores corren rápido en un lugar donde todos se conocen.

P-pues si. Me devolvió mi libro — dije señalando el vadécum que tenia frente a mí.

¿Y por qué D tenía tu libro? — habló Nina.

Porque se lo quitó anoche — le contestó Grant a su novia.

¡Grant! — le reproché

¿Qué? No le voy a ocultar cosas a mi novia.

— Yo no lo iba a ocultar. Simplemente iba a esperar a que llegue el momento para decirlo.

Tampoco es para tanto. No es como si ningún chico te hablara, Bianca — mencionó mi amiga a lo que todos nos la quedamos viendo. Era muy raro que ella reaccionara así porque había hablado con D. Supuestamente muchas chicas intentaban hablar con él, pero las rechazaba o las ignoraba — Está bien, a quién engaño. ¡¿Cómo fue que pasó eso?! ¡¿Por qué no me lo dijiste?! ¡¿Y por qué estaba D contigo anoche?! — exclamó sacudiendo mis hombros.

Esa es la Nina que conocemos — dije su hermano sonriendo — Pero ya, Bianca. Dinos porque estabas con él anoche.

Es que ayer su padre fue a ver a mi tío y como yo generalmente me iba por un rato largo a algún lugar para no estar con ellos , le ofrecieron que se acueste en mi cama ya que aparentemente estaba cansado y en la habitación de mi tío es imposible estar — hice una pausa para tomar aire y proseguí al ver que mis tres amigos esperaban que complete mi historia — Pero yo llegué más temprano de lo habitual y nadie se dio cuenta, así que subí a mi habitación y me dejé caer en mi cama sin prender las luces siquiera, y en ese momento...

¿Y porque no prendiste las luces?

¡Cállate Rick! Déjala hablar.

Gracias Nina. Como decía... en ese momento sentí que algo tocaba mi cintura y salté para luego arrogar mi libro sobre la cama. Luego se lo llevó a su casa sin mi permiso y lo leyó en una noche. Me lo devolvió en la entrada cuando estaba con Grant antes de que ustedes llegaran.

No puedo creerlo — susurró Rick — ¡Voy a matarlo en cuanto lo vea por tocarte!

Cálmate, quieres. Ya arreglé yo las cosas con él ayer. Sabes que tengo buena puntería.

Estoy segura de que me iba a contestar pero llegaron el resto de mis compañeros junto a la maestra Lambert haciendo que Grant y Rick se marcharan a sus salones.

Y así pasó el resto de la mañana. Entre la guerra fría inecuaciones en intervalos, y papeles de mi amiga reclamando que le conté la historia a su novio antes que a ella.

Qué buena mañana (nótese el sarcasmo).

[...]

Estaba yendo de camino a casa por la ruta que separa la escuela del pueblo y vi que dos chicas compañeras de Grant se acercaban riendo histéricamente al chico malo que se encontraba a unos dos metros más adelante que yo.

Mi TorturaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora