Narrador omnicente
Lo más triste de esta historia no es que Kevin no la haya recordado, sino que ella le haya mentido. Claro que le recordaba y también sabía que era dueño de una de las compañías de video juegos más famosas del mundo, pero ella pensaba que por su culpa podría destruir todo lo que el había construido. Le dolía el hecho de que no la haya recordado, pero por otro lado pensaba que era lo mejor para el.
Luego de unos meses, la madre de Kevin falleció. Todos en el pueblo fueron a su funeral, ya que todos conocían a aquella señora que siempre tenía una sonrisa para todos.
Esa fue la vez que Sophie y Kevin se vieron por última vez. Kevin regresó al trabajo y Sophie siguió trabajando de enfermera. Al regresar al trabajo, Kevin le dio una mirada a la foto que tenía en su escritorio y se dio cuenta que había cometido el peor de su vida. ¿Cómo pudo haberla olvidado? Se sentía como un completo idiota y lo peor fue cuando recordó que ella también lo había olvidado.
Ambos habían cometido el error que les costó la felicidad. Con el pensamiento de que el otro lo había olvidado, continuaron con sus vidas intentando olvidarse uno del otro, pero no pudieron. Kevin tuvo una hermosa hija la cual llamó, Sophie y Sophie tuvo un guapo hijo el cual lleva como nombre, Kevin.
El destino de las personas es como lanzar una moneda al aire, hay cincuenta porciento de probabilidad de que salga cara o cruz. Tal vez en un futuro estos se encuentre una vez más, pero solo si así lo quiere el destino. Por ahora estas personas viven una vida feliz junto a sus hijos y su pareja pero, ¿quién sabe? Tal vez Sophie y Kevin se vayan a conocer y Kevin y Sophie se vuelvan a encontrar.
Fin.
