Usted se queja porque no puede encontrar nada de su agrado?
Son entonces siempre sus viejos caprichos,
te oigo maldiciendo, gritando y escupiendo ...
Estoy agotado, mi corazón se rompe.
Escucha, querida, decídete libremente.
El tragar una rana bien gordita,
a la vez y sin mirar.
Es remedio soberano para la dispepsia.