Pasion

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Estoy caliente. Realmente caliente. Jodidamente caliente.

No se la temperatura exacta que habra en el cuarto. Tampoco me interesa.

Mi cuerpo esta pegajoso por mi propio sudor y tal vez un poco por el de Peeta. Recorro la cama con mis manos, en su busca.

Mi Peeta.

Palpo su brazo, y no sé si es debido al sudor que lo empapa o a lo caliente que yo ya me encuentro, pero su musculatura me resulta excitante,me obligo mentalmente a dejar de pensar eso y, como la oscuridad me impede ver si se encuentra despierto, simplemente localizo sus labios, y le beso.

Sus labios calientes, suaves, me devuelven el beso, confirmando que él ya esta despierto.

-Hace demasiado calor para dormir -lloriqueo-. Estoy demasiado acalorada.

-Yo también, preciosa -dice él con una voz endemoniadamente sexy.

Un momento.

¿He pensado que su voz es sexy? Bueno, sinceramente, todo en él es atractivo... Su mandíbula, sus ojos azules, sus brazos, su sonrisa... Definitivamente, Peeta era sexy.

Ante ese pensamiento me veo obligada a apartar la mirada de sus ojos, con las mejillas rojas por el rubor. Peeta seguramente pensara que es por el calor. Menos mal.

-Abriré las ventanas, a ver si así esto se enfría y puedes dormir un rato. Pareces cansada -su voz sigue siendo tan atractiva como antes. ¿Lo esta haciendo conscientemente?

Peeta y yo mantenemos una muy buena relación. Nos queremos, nos amamos (aunque yo no lo digo a menudo, él lo sabe), nos besámos y nos consolámos el uno al otro cuando las pesadillas nos envulven. Pero nunca ha sido nada... sexual.

A veces, los besos se vuelven aún más apasionados y sus manos acarician mi trasero o mis piernas, mientras que las mías se entretienen en su pecho.

Pero él nunca a empujado los límites, él nunca intenta nada.

Él siempre es un caballero, ante todo.

Me preguntó si él ha tenido alguna experiencia sexual antes. Los celos traspasan por la sangre de mis venas con solo imaginarlo haciendo el amor con otra mujer.

-Katniss - susurra. Su voz sigue siendo ronca, sexy- ¿En qué estas pensando? Pareces preocupada. ¿Estas bien?

Oh, mi Peeta.

Él siempre se preocupa por mi, para que este feliz y cómoda. Asiento levemente con la cabeza, y en respuesta, él me dedica una sonrisa ladeada y se levanta de la cama para abrir las ventanas.

Dios Santo, que espalda.

Puedo notar como los músculos se le contraen al abrir las ventanas, y el deseo de tocarlo se incrementa.

También me he fijado en sus manos. Son grandes, y siempre estan suaves y calentitas cuando hace pan.

Definitivamente no me equivoco; todo en Peeta Mellark es sexy.

Me muerdo el labio y no puedo evitar preguntar.

-Tengo una pregunta -susurro con voz tímida.

Demonios, pienso No eres así de tímida para pensar en lo sexy que es, ¿eh, Katniss?

-Bien, dispara -dice con calma, echándose de nuevo a mi lado en la cama.

La habitación solo esta iluminada por la luz de la luna, que ahora entra por los grandes ventanales, y que ahora me ayudaba a ver detenidamente su rostro. Eso no ayudó a mis nervios
-Eres virgen, ¿real o no?- murmuro con voz torpe.

Noche de Amor.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora