Prologo

276 6 7
                                    

—¡Nunca pero nunca me hables hací! ¿Me entendiste mierda? ¿Me entendiste?— dijo agarrando el cabello de su hija.
Sus ojos estaban morados, y su cabello despeinado, quien lo creería que aquella señora seria capaz de herir a su propia hija. La señora que luchaba a favor de los derechos de los niños, maltrataba a su propia hija.
—Maa... maa, per... doname—dijo soltando el folleto
—Mira hija, a mi no me vengas con pendejadas del espacio esas son cosas de paganos e ignorantes_ dijo tratando de consolarla— tu sabes que quiero lo mejor para ti...y estas cosas del espacio, mirar al cielo, son una perdida de tiempo. No te va a servir de nada, no seas una estúpida como tu padre.
—Si supongo que tienes razón, mamá.
—Ahora ve a estudiar, Sarah. Que mañana es un día muy especial.
—Si mamá.
—Y Sarah no te olvides de rezar a tu Dios tu creador.—dijo tocándole el hombro con una pequeña sonrisa.

Sarah recogió el folleto.

Entrenamiento especial para jóvenes especiales! Inscribete ahora que el tiempo se acaba, para futuros astronautas.]

Lo leía todas las noches, ese fue el día donde se atrevió decirle a su mamá, una simple inscripción ¿Era mucho pedir?. De repente su mamá tiene razón. De repente solo es una etapa o un capricho. De repente son pensamientos de personas paganas que no son dignas de el amor incondicional de Dios. Pero ¿Hay un Dios?.
"Sabes solo tienes que ir a dormir" Pensó.
Se saco los lentes y los dejo en la mesa de noche.
"Mañana es un nuevo día, mañana es un nuevo día..." Lo repitió tantas veces como pudo hasta que se quedó dormida.

Un viaje a las estrellasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora