La vieja convenida

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Mala femmina de Jerry Vale sonaba en sus audífonos mientras se movía de lado a lado en su cuarto. Sosteniendo el mp4 en su pecho no podía dejar de pensar en James. Odiaba tener ese sentimiento hacia el, no lo podía evitar. Era tremendo el ardor en su pecho que la hacía que le hacía querer vomitar. ¿Pero por qué?

Se tiro a la cama soltando un suspiro, miro al techo, y se dijo a si misma: eres una estúpida.
Se escuchó el cerrojo de su puerta.
Se abrió.
—He hablado con el pastor— dijo su mamá mirándole a los ojos.
Mierda, pensó.
—¿Acaso eres estúpida? Te doy un solo día, uno, y lo hechas todo a perder. Tienes que agradecerme que YO soy miembro destacada, y respetada en la comunidad,y he peleado por ti para que sigas en la clases. Ya no vuelvo a confiar en ti, Sarah. Como siempre: me has decepcionado.
¿Será que algún día no fuera así?
No le respondió, le tenía miedo.
—Ah ese chico James Walles
Los ojos de Sarah se agrandaron, y le presto atención.
—Vamos a almorzar con su familia esta noche.

Un viaje a las estrellasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora