Capítulo 2

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— Jos, me asustaste. —bufo para luego sonreír y ponerme de puntitas para darle un beso.

Me toma de la cintura para acercarme más a él; paso mis manos entre sus brazos para posarlas en su espalda haciendo que suspire, como cada vez que hago eso. Sonrio a medio beso, profundisandolo aún más.

No hay mas que el perfecto movimiento de sus labios sobre los mios y los latidos de mi corazón que retumbaban en mis oídos. Me tiene perdida en uno de esos besos que hacen que mis piernas flaqueen y siento que no quiero que esto jamás termine.

Pero la falta de aire nos invade haciendo que se separa lentamente, juntando su frente con la mía en el proseso.

— Te extrañe. —gruñe

— Apenas si nos vimos ayer. —rio. Aún sigo atontada por el beso.

— Aún así. Es un infierno no tenerte serca. —me abraza. Entierro mi cara en su cuello haciendo que su dulce y varonil aroma invada mis fosas nasales. Me separo después de unos segundos, para decirle las dos palabras que le digo cada que lo veo pero que no me cansaria de repetir.

— Te amo. —le miro a los ojos. Esos hermosos ojos que tanto me encantan, que me enamoran cada vez más y que me hipnotízan cuando los miro.

— Yo te amo mucho más. —sonríe, sin despegar su mirada de la mía.

— ¡Hey tú! Necesito el gran trasero de mi amiga dentro de esa tienda. —escucho a Jenny decir a mis espaldas.

— ¿No puede esperar un momento? —se queja el hermoso chico frente a mí.

— Es de vida o muerte. Además Alonso no se ve muy contento que digamos. —

Miro por sobre el hombro de Jos y me encuentro con Alonso, Bryan, Alan y Fredy a unos cuantos metros tras nosotros. Alonso me mira y dice cosas que seguramente son dirigidas a mí pero no las comprendo, luego señala sus ojos con dos dedos y después a mí. Camina de espaldas mientras nos sigue mirando, los chicos simplemente se dan la vuelta ignorandolo, luego los cuatro se pierden por los pasillos.

— Creo que la asquerosa hada madrina me acaba de amenazar. —rio

— Si, a mi también hace rato. Esta loco, no le hagas caso. —vuelve a besarme.

— Sí, sí, sí. Mucho amor. Ya les e dicho que es de mala educación que TRAGUEN delante de los pobres. —

— ¿Quieres acompañarnos? —pergunto después de separarme, ignorando a la amargada de mi amiga.

— ¿Jenny estará con ustedes? Porque si es así yo creo que no. —alza la voz para que mi amiga escuche su comentario. Ella responde mostrando el dedo de en medio provocando que nos hechemos a reír— En realidad me encantaría pero tengo... cosas que hacer con los chicos. Te veo luego. Te amo. —me da un corto beso y se va corriendo sin darme oportunidad de responderle.

— ¿En dónde esta Mia? —pregunto cuando estoy frente a la rubia.

— Está en la tieda de ahí. —señala el local donde hace unos instantes Mia brincaba.

— ¿Y cuál es el problema? —entramos y nos dirigimos a los vestidores.

— Bueno, se enamoró del vestido azul rey y se lo probó pero ya sabes que ella esta un poco ancha de las caderas y no le queda. Yo le e dicho que hay más vestidos lindos pero aaaa la fuerza quiere entrar. —

— Mia ¿dónde estas? —grito frente a una de las tantas puertas de los vestidores.

— Aquí. —

— ¿Aquí en dónde? —

— Aaah, no se, buscame chingado. —

— Uy, uy, uy. Que genio. —

Abro la primera puerta que se me cruza y está vacía; abro la puerta vecina y me encuentro con la peor imagen de mi vida; Jenny se ríe de mi rostro y de la señora que me está gritando y yo no puedo mover ni un músculo.

— Lo siento. —dijo Jenny, dierigiendose a la anciana. Abrió una puerta que estaba un poco retirada. Ahí estaba Mia.

— Pudiste haberme dicho donde se encontraba ¿sabes? —

— No preguntaste. —se encogio. de hombros.

— Ok, ¿cuál es el problema? —ignoro a la rubia y me dirijo a la morena que se encuentra viendose al espejo y midiendose el vestido solo por encima.

— El problema es que soy una maldita ballena que no cabe en este hermoso vestido. —sale del vestidor.

— ¡No eres una ballena! Solo es un vestido. Mira, no te preocupes saldremos y compraremos muchos vestidos y zapatos muy hermosos. ¿Sí? —

— ¿Y tú los pagaras? —pregunta inocente, fingiendo estar triste.

—... Oye mira esa tienda de ayá. —salgo de ahí antes de que me detenga.

Recorremos un poco mas a fondo el centro comercial y encontramos una tienda que tiene ropa entre un estilo rock y hipster. Lo primero que se me biene a la mente es Jenny.

— Yo primero. —grita ella, robandome las palabras de la boca.

Jenny tiene un estilo entre el rock y el hipster, Mia es una total girli y yo soy normalita, casual. Pero siempre e tenido gustos parecidos a los de la rubia, por eso es que tengo que entrar primero para que no me quite la mejor ropa. Se que a nadie le importa pero bueno...

Me encuentro completamente enloquecida con tantas prendas y zapatos tan geniales. Me estaba debatiendo entre unas blusas cuando vi una montaña de ropa con patas.

¡Ah no! Es Jenny. Era de suponerse.

— _____, ¿ya sabes lo que compraras? —dice muy apenas— necesito pagar todo esto. —sonríe como desquiciada.

— Amm... sí. —tomo las prendas que se me cruzan primero sin prestarles atención porque estoy embobada con la bola de ropa frente a mis ojos.

(……)

— Ayudenme a bajar todo esto por favor. —

— No Jenny, estas loca, es demaciada ropa. —nos cruzamos de brazos.

— Bueno entonces no las llevaré a casa y tendrán que irse un taxi o pecero. Y sabemos perfectamente que ni una de las dos sabe andar en la calle. —sonrie con malicia.

— OKAY, OKAY, OKAY, No hay necesidad de ponernos rudas. -alzo las manos en forma de resignación.

(……)

Narra Jos

— Y que le tienes preparado. —pregunta peter pan.

— Primero cenaremos con mis padres. —su cara era de "qué te pasa"— Ellos me lo pidieron. —alzo las manos en forma de defensa— Después la llevare a...

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After the End (Jos Canela y tú)Borrador.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora