Adaptación.
Aquí vamos... Sólo tengo que poner un pie acá... Sí, así es... Y luego, el otro pie allá... ¡Listo! Perfecto... Bien, ahora únicamente debo hacer fuerza con los brazos y... ¡Mierda! Casi me caigo. ¡Maldito árbol! Si yo mal no recuerdo, hacer esto debería de ser mucho más fácil. Pero definitivamente, cuando una está borracha, subir por el árbol que llega a dar con la ventana de Camila Cabello, no es una actividad que pueda ser catalogada cómo "fácil".
Sí, llevo haciendo esto desde hace mucho tiempo. Desde la primera vez que Adam y yo nos separamos. Había llegado llorando hasta su puerta porque lo extrañaba y ella me ofreció su ayuda. Lo que no sabía era que clase de "ayuda" me iba a brindar. Cuando tomó mi mano, entrelazando nuestros dedos, me llevó hasta su habitación, cerró con llave la puerta y me dio el mejor beso de toda mi vida, supe que clase de "ayuda" era la suya. La cuestión es, que no fue una cosa de una sola vez. Ella me buscaba, me incitaba a repetir la extraña, placentera y prohibida experiencia. Yo siempre accedía. Luego de unos meses, ya no era necesario que me buscara: yo iba sola, por deseo y voluntad propios. Pero a pesar de nuestros encuentros nocturnos, seguimos actuando el papel de enemigas por toda la escuela o cuando hay algún conocido cerca. A pesar de nuestros encuentros nocturnos, volví con él.
Sí, lo sé. Seguramente debo de ser la peor persona de todo el mundo; ya que la semana pasada volví con Adam y ahora intento escalar un árbol para escabullirme dentro de la habitación de mi amante femenina. Creo que necesito tiempo para volver a estar completamente enamorada de él. Cómo antes de que Camila llegara a nuestras vidas. Tal vez, cuando lo haga, no necesite esto. Pero esto, lo que ocurre cuando estoy a solas con ella es... Para ser honesta, no sé lo que es. Simplemente, es muy complicado y no puedo dejar de hacerlo. Se siente tan bien que es adictivo. Además, Adam no me hace tan "feliz" cómo si lo hace Camila en la cama. Pero eso no quiere decir que tenga o deba aceptar y demostrar sentimientos positivos por ella. Nunca hablamos sobre lo que sentimos por la otra. Ni siquiera, cuando estamos solas.
Después de un par de minutos, llego a mi objetivo. Abro lentamente la ventana de su habitación, mientras intento enfocar la vista en las luces rojas de su despertador. Casi son las dos de la mañana... Entro tratando de no caerme. Pero con lo mareada que estoy, no saben lo que me cuesta. La veo dormir en su cama, exhalando e inhalando larga y suavemente. Ella nunca ronca. En cambio, él sí. Cierro la ventana y tanteando la pared, camino hasta su escritorio. Tiene una fotografía enmarcada de nosotras dos. Nos la sacaron en la feria estatal, hace un par de meses. Ninguno de nuestros amigos pudo ir, así que pasamos el día juntas. Solas, sin ningún conocido cerca. Jugamos a ser novias. Caminábamos tomadas de la mano, nuestros dedos entrelazados. Compartimos varios helados, participamos de un montón de juegos y nos dimos cómo un millón de besos. Fue un día estupendo.
Dejo la fotografía donde estaba y me quito la chaqueta de cuero negro, para colocarla sobre el respaldo de su silla. Me saco las botas cómo puedo y me dirijo a su cama, tratando de no hacer mucho ruido... "¡Mierda! ¿Quién dejó eso ahí?" No tengo ni la menor idea de que pisé, pero me dolió. Y mucho. A causa de la adrenalina en mi sangre, mis sentidos, embotados por el alcohol, comienzan a reactivarse lentamente. Veo que Camila, por mis gritos, se despertó y está asustada. "Tranquila. Soy yo." En algún otro momento, me encantaría poder llegar de manera escurridiza y asustarla... Pero no es lo que deseo ahora, que vengo con ganas de tener sexo mientras su padre, que es detective de policía y tiene un arma, duerme a un par de metros lejos de nosotras.
"¿Lern?" Me pregunta algo desorientada. Así me llama en nuestros momentos íntimos: "Lern". Odiaría admitir que se ve tan adorable en éste momento, con sus coletas desalineadas, sus preciosos ojos entrecerrados y una de las tiras de su camisón caída... Cuando se da cuenta que yo soy yo y no un ladrón o un violador, me genera la siguiente pregunta. "¿Qué estás haciendo aquí?" Inmediatamente después, levanta el reloj de la mesa de noche y se lo acerca a la cara. "¡Son las dos de la mañana!" Deja el aparato digital donde estaba y se tapa la nariz. "¿Y por qué apestas a licor barato?" Una pequeña risa, parecida a las características de Ally, se me escapa. Y encima, no tengo no idea de porque me rio.
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touch me ➸ camren
Romancedonde camila y lauren tienen sexo dónde sea y cuándo sea. ©toxicmila